–Maestra Aysa…– ¿Qué sucede Zeheb?– ¿Y qué sucedió con Ismail?–Habían pasado exactamente veinte años, y Ismail declaró la guerra al príncipe Mustafá, y solo pedía una cosa – viendo las expresiones expectantes de los niños – quería a su esposa– ¡¿Qué?! – diciendo los niños a coro–Los rumores sobre la princesa corrieron, llegando hasta Ismail, así que el hombre decidió obtener a la joven que estaba esperando a su primer hijo y por su puesto el príncipe del sultanato de los mares no iba a permitir que Ismail se saliera con la suya, así que ordenó a su ejército y generales que se prepararan – ¿Quiénes eran sus generales?–Sus hermanos – viendo las enormes sonrisas de los niños – los diez hermanos varones de Mustafá levantaron su espada jurando lealtad al príncipe y la princesa, jurando que la cabeza de Ismail sería dada como ofrenda al mar…Esa noche antes de partir, Mustafá está en su habitación leyendo la carta que su madre le dejara antes de arrojarse al mar, su tía decidió que e
–¡Iremos no solo a vengar la muerte de los sultanes y la caída de nuestro hogar! ¡la princesa Aiyla debe ser defendida a toda costa, ella y el niño que crece en su vientre! – desenfundando su cimitarra – ¡Ismail caerá!– ¡Ismail caerá!– ¡Andando! – empezando a marchar con su caballoSus hermanos levantan sus espadas y sus caballos empiezan a andar siendo seguidos por los soldados a pie, a caballo y camello, Ediz hace sonar un cuerno, los elefantes braman y empiezan a andar. Ismail recibe la noticia de que el hijo de su obsesión se acerca hacia él, que en algunos días estará en la zona de guerra así que el hombre dibuja una sonrisa en su rostro deforme, siempre recordando la cicatriz que Zeheb le hiciera en su rostro, antes de morir.–¿En cuánto tiempo estará acá?–Dos días alteza–Movilicen todo, quiero a ese hombre y sus hermanos muertos – sonriendo – esa princesa debe ser hermosa–Dicen que tiene la belleza de su madre, quien era la joven favorita de Zeheb–Ah, sí la recuerdo…la alc
Mustafá se acerca, la tormenta de polvo empieza a bajar e Ismail observa como su ejército ha sido masacrado, y los que han sido tomados prisioneros están siendo uno a uno ejecutados, Mustafá coloca la punta de su cimitarra en el cuello de Ismail…–Asesinaste a mi padre…mi madre no pudo con su muerte y se arrojó al mar…mis hermanos crecieron sin sus madres…¡por el sultán Zeheb y la sultana Adalet!Los once hombres de rápidos movimientos cortan y desmiembran a Ismail quien solo siente un golpe en su cabeza antes de que todo se torne negro, la cabeza de Ismail cae, y los soldados levantan sus espadas.–¡Larga Vidal al sultán Aguas Negras!Sus diez hermanos se hincan y observan al príncipe quien apenas deja salir sus lágrimas – ¡larga vida al sultán Aguas Negras, larga vida a la sultana del viento!–¡Volvamos a Sultanato del Sudeste! ¡y preparemos el regreso a nuestro hogar! ¡que las tropas tomen rumbo hacia el sultanato de Ismail, reclamaremos esas tierras en nombre del sultanato de los
Extra…Para aquellos niños, el tiempo fue lento, entre la divertida risa y radiante mirada de Adalet y el hermetismo y seriedad de piedra de Zeheb, los años fueron pasando y los recuerdos de sus vidas pasadas se fueron recuperando poco a poco, siendo un secreto solo para ellos, que al crecer unieron sus vidas en matrimonio…viviendo lo que en sus vidas pasadas no pudieron.Pero no todo puede ser felicidad, el médico fue claro con ellos, un embarazo para Adalet sería una sentencia de muerte, la joven tendría problemas para logar concebir, y de lograrlo el parto podría matarla, Zeheb se negaba a tener hijos, no quería perder al amor de su vida, no podría vivir sin ella, pero Adalet insistió, estaba segura de que saldría todo bien y que podría darle un hijo a su esposo, al amor de su vida.Contra todo pronóstico Adalet quedó embarazada, Zeheb aunque se oponía, la sonrisa y la calidez de su amada le aseguraron que nada saldría mal, así que el hombre se encargó que los mejores cuidados fuera
Zeheb se encuentra gravemente herido, las tropas que trajo consigo están siendo masacrados, mientras que Ismail, ordenara marchar hacia el campamento del sultán del sur y masacrar a todo su ejército, el sultán beta intenta acercarse, pero Zeheb se gira lo observa con odio y de un movimiento de su espada le hace un corte en el rostro al sultán Ismail.–¡Maldito seas! – apuñalando a Zeheb–Bas...bastardo...–Tu sultana será mía Zeheb – intentando levantar su espada pero el general de Zeheb se interpone– ¡Majestad! ¡llévenselo! ¡saquen a su majestad!Y sin saberse como Silam entra y empieza a aplastar y a lanzar con su trompa a todos los soldados de Ismail, un grupo toma al sultán que agoniza y lo sacan de la tienda con rapidez, el paquidermo y el general de mayor rango de Zeheb se quedan, para darle tiempo a los soldados de sacar a Zeheb, pero la herida del hombre es grave, Zeheb es llevado hacia el campamento en donde el médico corre contra el tiempo para salvar al sultán, este antes d
El médico llega y solo recibe una mirada asesina de parte de Berat, así que en el acto se acerca toma su instrumental y procede a cerrar la herida en Adalet, Aysa observa a Berat y por primera vez se asusta de la expresión de su esposo, está claro que ese hombre que ahora cierra la herida de la sultana no llegara vivo al amanecer.Al terminar de cerrar aquella herida Berat se acerca al hombre y lo golpea en el rostro, un par de guardias entran y arrestan al hombre.–Ahora mismo me vas a decir ¿Por qué no llegaste cuándo se te informó del estado de la sultana?–Alteza, yo...yo estaba...ocupado...– ¿Ocupado? ¡¿ocupado con qué?! ¡la sultana y mi sobrino pudieron haber muerto! – viendo como el hombre baja la cabeza–Alteza – haciendo girar a Berat – vi al médico real recibiendo un saco de monedas de una sierva – dejando al hombre pasmado– ¿Qué mujer?–La mujer que fue relegada del harén– ¿Ceren? ¡¿Qué te pidió esa mujer del infierno?!–Alteza...– ¡Habla!– ¡Solo me pidió que no atendi
–¡Tío! – mientras entra corriendo a la sala del trono–Ediz ¿Qué pasa?– ¡Tío, fue mi madre, fue mi madre ella tuvo la culpa! – mientras tiembla y el hombre se acerca – ¡fue ella quien le dijo a Ismail sobre la sultana! ¡por su culpa mi padre está muerto, y la sultana está agonizando! – entregando la nota a Berat Berat toma la nota y su ojo se abre de par en par al leer el contenido de esta su irá está creciendo a niveles asesinos, debió matar a esa mujer cuando tuvo la oportunidad, Ceren llega y empieza a zarandear a su hijo quien llora y lo llama de forma desesperada.–¡Suéltalo!– ¡Alteza este niño me ha faltado al respeto!– ¿Faltado al respeto? – chasquea sus dedos y dos guardias toman a la mujer, el niño se acerca corriendo y se esconde detrás de Berat, quien se acerca lentamente y en acto conecta una buena bofetada a la mujer tanto que le rompe el labio – ¿Cómo te atreviste a decirle a Ismail de la sultana? ¡¿Cómo conseguiste su retrato?!–Alteza–Habla o ahora mismo haré que
-¿Se ha hecho todo? ¿esa mujer del infierno?-Hemos recibido un halcón, su majestad Ediz ha sentenciado a muerte a esa mujerZeheb frunce el ceño, no solo por la herida en su pecho que debe dolerle como el demonio, sino porque esa maldita mujer fue la que causó todo desde un principio, pero lo que más le molesta es que haya sido su hijo quien decidiera el destino de esa maldita mujer, el sultán del norte tenía razón...debió deshacerse de esa mujer desde un maldito principio, no tenerle consideraciones solo por ser la madre de Ediz.-Envía un mensaje...que hagan lo que sea para mantener viva a esa mujer, que digan que no resistió lo azotes, cualquier cosa...pero yo tengo que ser quien se encargue de ella-Cómo ordene majestad – haciendo una reverencia – majestad, creo que deben ver su herida-De acuerdo, llama al médicoEl general hace una reverencia.….–Adalet – entrando y ve a la joven alimentando a su hijo–Alteza, no tengo leche ¿Qué voy a hacer? – dejando que sus lágrimas caigan