CAPITULO 36

Para Regina era muy difícil poder confesar eso, Tenía mucho miedo en ese momento que pudiera ser delatado por todas las personas que se enteraron de esto y Manuel estaba muy alterado.

— No tienes porque decir una mentira tan ridícula, obvio que tú eres Renata — Manuel sentía como su mano empezaba a temblar, quería creer que todo esto era verdad para no odiar a la mujer que amo con todas las fuerzas de su corazón y que había logrado llegar a su vida para darle luz.

— Todo lo que necesito en este momento es poder seguir hacia adelante, mi hija es una persona a la que adoro con todas las fuerzas de mi corazón — la verdad es que lo único que necesitaba era poder tener un poco de tranquilidad, Regina quizás en ti en este momento que la única manera de poder ser libre era diciendo todo.

— Es porque hasta donde yo sé y el señor Gustavo nunca tuvo más hijas que no fueran Renata, eres excelente mentirosa Y es obvio que todo esto que estás diciendo solamente es para confundirme — é