CAPITULO 4

Pasa un mes....

La relación de Ana y de Emily es más fuerte que nunca, las dos parecen mamá e hija, pues la niñera ha logrado llegar al corazón de la niña.

Ana está un poco triste, su padre no quiere hacerle una fiesta de cumpleaños, ya han pasado un par de meses desde la muerte de su madre y para Jake es una falta de respeto que ella célebre está fecha.

— Yo solo quería celebrar mi cumpleaños pero si papá no quiere no importa — dice en un tono evidente de nostalgia.

Emily nunca ha tenido una fiesta de cumpleaños, pero sabe lo importante que es para cualquier niño tener una fiesta, enteinde el duelo de Jake pero debe seguir adelante por su hija, Ana merece seguir con una visa normal.

Alan visita a su mejor amigo, conoce muy bien a Jake y sabe que en el proceso de duelo prefiere la soledad, pero en los últimos días lo ha visto más entusiasmado que antes.

— ¿Y que pasó con la niñera?— le pregunta mientras recibe un trago de whisky.

— Su relación con Ana es más que estupenda, y creo que es una buena muchacha, pero ese tatuaje delata muchas cosas que siguen siendo una sombra en mi cabeza — Jake toma un poco de aire, no sabe que sucede con sus pensamientos.

Emily toma un poco de aire e ingresa a la oficina de Jake, para pedirle que le haga la fiesta a la pequeña, ella no tiene que pagar las consecuencias de lo que está sucediendo.

— Quiero hablar un momento con usted — explica ella mientras toma un poco de aire, siempre ha tenido miedo a hablar con autoridad ante un hombre por su pasado, pero en este momento tiene el valor para defender a Ana.

Alan se levanta de la silla, queda maravillado no solo con la belleza de Emily, que es un reflejo en el agua de Helena si no con su mirada fuerte, ahora entiende la sorpresa de su mejor amigo.

— ¿De que quieres hablar?— Jake se sorprende por la actitud de Emily, siempre la ha visto como una mujer de poco carácter.

— Ana quiere una fiesta de cumpleaños — Emily sabe que después de terminar esta frase las cosas van a cambiar.

—¿ Fiesta de cumpleaños? Yo le dejé muy en claro a María que no se haría este año, mi hija tiene que guardar el luto que se debe a su madre — Jake alza la voz.

— Yo lo entiendo, pero créame que el luto de Ana está en su corazón, no tiene por qué cohibirla de vivir su niñez, siento que la señora Helena estaría feliz de poder ver qué Ana crece en tranquilidad — explica ella, quiere que el se de cuenta de la realidad de su hija.

Alan interviene en apoyo de Emily, es verdad que el considera que El tiene que vivir su dolor, pero no puede seguir arrastrando a Ana.

— Está bien, pero algo muy pequeño y personal, se que no he sido el mejor padre para Ana pero no le quiero quitar esa felicidad — Jake accede.

Emily le da un fuerte abrazo, en medio de la emoción, Jake lo recibe con calor, quizás en medio de lo que sucede siente que tiene q Helena en sus brazos sin embargo la vibra que le da Emily es de protección y de algo de sensualidad.

Ella se sonroja, mientras sale de allí, su corazón late más rápido que de costumbre, mientras el también sonrojado intenta disimular sus nervios, no puede sentir nada por ella.

Alan observa a su amigo, muy pocas veces ha visto esa timidez por una mujer, teme que sienta cosas por la joven que sigue siendo su sospechosa.

Pasan los días...

Emily empieza con ayuda de María y de la misma Ana a organizar la fiesta, está muy emocionada pues nunca había tenido una fiesta y quiere que Ana sienta la felicidad que le corresponde a ella.

Mientras ella empieza entre risas a inflar las bombas y pegar las serpentinas en el techo, Jake se asoma en el salón con una gran sonrisa.

— Todo está quedando perfecto — sabe que era lo correcto, Ana lo abraza en medio de la alegría por la fiesta.

Emily se acerca y le agradece de nuevo.

— Gracias por lo que hizo por Ana, ella se lo merece, es una niña feliz — suspiro con nerviosismo.

El se acercó, la tomo de la mano y sonrió

— Gracias a ti, gracias por hacerme reaccionar — suspira Jake.

Los dos se miran a los ojos, y en ese momento María sin querer estalla una de las bombas que suena muy fuerte.

Emily se lanza al suelo, se acurruca y se tapa los oídos, mientras llora desesperada.

Jake abre los ojos, intenta que ella se levante del suelo mientras intenta entender que sucede.

— Por favor, no, no me golpees — llora nerviosa Emily con los ojos cerrados.

Jake intenta hacer que ella reaccione pero Emily se desmaya en sus brazos.

De inmediato el la sube a la habitación principal, le ayuda de inmediato mientras Ana la mira preocupada.

La pequeña se acuesta en el regazo de Emily mientras derrama unas pequeñas lágrimas, entre las dos existe un lazo muy fuerte.

Emily despierta sobresaltada, las imágenes que en ese momento pasaron por su cabeza solo le hacen daño, tiene miedo.

—¿Que sucedió?— pregunta mientras Jake le entrega un vaso de agua.

— Te desmayarse, tuviste una especie de alucinacion — El la toma de la mano

Ana en un gesto de ternura y amor suspira — Ya no quiero fiesta, quiero quedarme a cuidar a Emily — dice la niña con el rostro demostrando un poco de tristeza.

— Disfruta de tu fiesta, yo estoy bien, solo que no comí las verduras y por eso pasan estas cosas — Emily le da un abrazo a la niña, quizás ha sido el gesto más sincero que ha tenido alguien por ella, además el amor de Ana es real, sincero y especial.

Ella la abraza y se va corriendo feliz mientras María la toma de la mano, los dejan solos para que hablen de este asunto.

— Si tienes algún problema, algo que decirme puedes hacerlo, estoy muy preocupado por ti — era claro que el se sentía mal por la manera en la que ella se había portado al escuchar aquel ruido.

— Solo necesito descansar señor, créame que no me pasa nada —ella se sentía mal de tener que confesar su pasado.

Jake le permitió quedarse en la cama, antes le dio una caricia en la mejilla.

De nuevo los dos se miraban a pocos centímetros el uno del otro, era como si tuvieran mucho más que expresar y un beso fuera lo que los dos necesitan.

Pero Jake mantiene el control, no puede amarla, no puede olvidar a Helena, se siente infeliz en medio de esa probabilidad.

— Debería ir a la fiesta con Ana, yo me arreglo y en unos minutos estoy con usted para acompañarlos — ella sonríe mientras el sale de su cegera momentánea.

Emily toma una ducha, no quiere seguir sintiendo miedo, no quiere que de nuevo su vida se convierta en una locura sin fin.

Mira su tatuaje, parece que la marca de su pasado sigue presente pero ese secreto se irá con ella, siente vergüenza, que nadie puede saber lo que realmente ella es.

No puede dejar de pensar en la tranquilidad de las últimas semanas, de este mes de liberación.

Jake no sólo es un caballero, la trata con tal gentileza que ella se siente abrumada.

Además su relación con la pequeña Ana es algo que le ha dado fuerzas, de cierta manera el cariño de aquella niña que ha estado a su lado, ha sido capaz de demostrarle que ella puede tener un mundo diferente al que conoció y que la ha hecho renacer de las cenizas.

Maria le contó lo mucho que Jake amaba a Helena, que ella era la mujer más importante para el, que a pesar de no ser de la misma clase social, el daba la vida por su esposa y por ende que reemplazarla en su corazón ha sido una tarea imposible.

Emily lo único que deseaba era tener una familia como la que ha construido, pero siente que su pasado siempre va a hacer ese peso en contra de la marea que nunca le va a permitir ser feliz.

Mientras se baña, olfatea su mano, las caricias de Jake fueron tan dulces que dejaron impregnada en su piel el olor del hombre.

Suspira nerviosa, no puede creer que dentro de su corazón está naciendo un sentimiento de amor por Jake, pero ese sentimiento no puede existir, ella no es una mujer para el.