CAPITULO 109

Sabía que la única persona que me podía ayudar, que me daría un hogar era Liliana.

No quería buscar a mi padre, aún había una herida en mi pecho difícil de sanar, sabía que él lo había hecho por mi bien, que solo buscaba mi tranquilidad pero no dejaba de doler.

Mi padre era un buen hombre y yo lo sabía pero el dolor que guarde por años en mi pecho no se iba a deshacer de la noche a la mañana mi propio dolor de mujer estaba lastimando quien era yo y que quería.

Decidí buscar ayuda de la única persona a la que yo creía le importaba, que sentí era un víctima al mismo nivel que yo lo era.

Liliana me recibió con los ojos abiertos, obviamente era clara que su sorpresa en ese momento estaba en que buscaba de su apoyo a pesar de todo, yo la quería como una madre y era suficiente para mí.

— quédate, eres bienvenida en mi casa y en mi familia, de que está situación está lejos de ser algo que las dos queremos — Me abrazo.

Sentía que estaba en la boca del lobo, no quería ver a ese ho