Capítulo 14
Rene Black
Después de llevar y traer a la manada del refugio, nos enteramos que Kendra había acabado con los hombres lobo que destrozaron el límite Sur, nos preguntamos cómo lo logro sabiendo que eran demasiados incluso para los 200 guerreros que Adam solicito. Eso lo sabríamos al ver entrar por la puerta a Kendra, pero esta no llegaba y nuestro mayor problema ahora era revisar a la Bruja que se encontraba postrada en la cama de cemento acá abajo en el sótano, cerca de los calabozos.
¿Cómo llego a nosotros?
Fácil. Unos soldados la trajeron porque creyeron que había alguien competente para salvarla de un envenenamiento. Según nuestros cálculos es difícil, llevaba rato inconsciente, eso significa que el veneno propasó sus límites y se mezcló con la sangre. El lavado de estó
Capítulo 158:00 am.Un horrible dolor de cuerpo me recorría entera. Juraba que me había pasado un camión de carga por encima. Mis manos fueron a mi rostro y lo refregaron con fuerza. Me senté en la cama aún con los ojos cerrados y me estire, todos mis huesos tronaron al instante. Si estaba tensa. Para cuando abrí los ojos estaba viendo la puerta del armario, a su lado la del baño. Misma que estaba abierta y se escuchaba la regadera encendida.¿Quién diablos estaba en mi habitación?Comencé a oler el aire, bosque y tierra mojada era lo que sentía. Sentí un aire frío en mis brazos, me abrace a mí misma y me observe. ¡Vaya sorpresa! Estaba desnuda. Joder, ¿Qué he hecho? A decir verdad, no sentía arrepentimiento, sólo un horrible sentimiento de decepción por ser tan d&eacut
Capítulo 16Kendra DragoSiendo sincera, la tensión en la sala, más mis nervios, la seriedad de Ignis y el corazón acelerado de todos. Me hacía sentir más sofocada y temblorosa de lo que quería estar. Por suerte, nada garantizaba que el Concejo iba a estar aquí en menos de una semana. Estaríamos en paz por siete días al menos.Eso esperaba.—Ustedes no lo saben. Pero el Concejo es un grupo de seis hombres. La mitad lobos y vampiros. También dos mujeres. Con Kendra tres, dos de ellas son lobas y la otra vampiresa —Esa vampiresa me da escalofríos—. Son el símbolo de nuestras razas, quienes nos representan. Tienen milenios en este mundo. El más viejo es el primer concejal —El anciano que me dijo sobre la traición del innombrable. Menudo cabrón, fue más frío que el hiel
Capítulo 17—Selene. Todo está hecho. Con elegancia dio media vuelta y sonrió con dulzura.—¿Enserio? Preguntó sin creerlo.—Sí, sólo queda esperar.La diosa, volvió a su sitio actual, frente a ese hermoso espejo de oro. Con delicadeza, su palma cayó sobre él y, una escena comenzó a proyectarse frente a ella sacando una sonrisa. El Dios a su lado, también sonrió por su trabajo.—Espero que todo termine bien, Eros. Ella merece algo mejor. —La diosa de la Luna soltó un suspiro sonoro. Eros, a su lado, perdió la sonrisa en menos de dos segundos.—Te recuerdo una cosa, Selene —La mencionada sólo giró sus ojos a él—. Tu condenaste su futuro —Sintió una puñalada en su pecho—. Tú causaste todo, desde el prin
Capítulo 18"Te voy a contar un secreto o quizá varios.Nunca pude confiar en alguien, no se quedarmecuando sé, va doler, me alejo de puntillas y hagoComo si nada. Le tengo miedo al amor, a lasCaricias, a todo lo que tenga que ver con afecto.Lamento venir y decirte todo esto por palabrasEscritas, en lugar de plantearte cara paraConfesarte cuantas veces te falle. Pero lo ciertoEs que soy como la caja de Pandora, soy todasEsas guerras que escondo bajo mi piel.Te confieso que… "Dejé el trozo de papel en la mesa. El dolor en el pecho era como la picadura de una abeja, no, de miles. Se hacía más fuerte con cada palabra que leía, el aguijón se clavaba más profundo con forme leía. Sabía que
Capítulo 19—Algo se acerca y no viene en son de paz —La voz de Eros se escuchó muy perturbada—. Kendra acaba de bajar la Guardia, no puede venir alguien más a destruirla.—Te entiendo Eros —Respondió Selene. Sus ojos y manos estaban sobre ese precioso espejo, donde la imagen era distorsionada y apenas se distinguía el rostro de ese ser que quería volver a causar daño a sus hijos—. Pero no podemos hacer nada por el momento, Kendra debe enfrentar esto sin nosotros. Los vampiros albinos, le ayudarán.—Pero no parece que vaya a funcionar. Ella no irá a Rusia hasta después que se vaya el concejo, lo cual será en una o dos semanas.—Se positivo.—Prefiero ser realista con la situación —Se acercó y observó lo mismo. El espejo brillo y cambio la escena. Como el concejo entra
Capítulo 20—¡Oblígame!—Lo haré y créeme Kendra Drago, desearas morir cuando lo haga.—Prefiero una tortura a seguir tus estúpidas ideas de acabar con mi gente.—Ignis no es tu gente —Tercera estaba empeñada en asesinar a mi bruja. No le dejaría por donde—. Además, la que en verdad es tu gente sólo vive a base de mentiras por ti. Tienen a una mentirosa y sanguinaria como líder.—Les doy lo necesario y son felices. No soy una mentirosa y manipuladora, he sido transparente con ellos. —Su risa escandalosa me irrita.—Claro, por eso mismo ellos están bien. Tus mentiras los han segado —Acercó su rostro más a mí, causando que mi furia creciera—. Eres la viva maldición Kendra Drago, todo tu linaje lo es.—¡Y aun así! &mdas
Capítulo 21El sol asomaba por las montañas, los campos y valles verdes brillaban con naturalidad y belleza. Aves, animales en armonía con la naturaleza disfrutando un día más en su mundo. El dulce silbido del aire pasando entre árboles y pinos, todo era paz. Eso, hasta que un estruendo se escuchó de norte a sur, causando que aves y animales terrestres corrieran a refugiarse lejos del sonido.Otro estruendo, acompañado de un jadeo. Se escuchó claramente el arrastre de un cuerpo por tierra suelta. ¿Una batalla en pleno amanecer? Era Kendra combatiendo arduamente contra uno de los concejales lobo, Sexto para ser exactos. Sus ojos amarillos fueron cargados de furia al ver su brazo manchado en sangre carmesí. Kendra sonrió de lado con sorna, al fin había logrado un rasguño.—Golpe bajo, nadie se mete con mis trajes. Acomodó e
Capítulo 21.1Kendra Drago—Estamos cerca. Asentí a lo que sexto me dijo.Llevábamos un par de horas caminando. La pelea había durado poco, pero nos alejamos del límite de la Manada, no tenía ganas de correr en mi forma lobuna, ninguno de los dos las tenía. Así que decidimos caminar, aunque tomará horas. Tenía unas ganas inmensas de regresar y darme una ducha larga. El dolor en mi cuerpo era soportable, pero dolía.—¿Cuando tienen pensado irse? El suelo estaba demasiado rocoso, podía torcer mi tobillo si no pisaba con cuidado.—¿Ya no nos quieres aquí? Preguntó burlón el castaño. Solté una risa corta.—La verdad no. No los soporto, más a segundo. Ese no deja de meterme en problemas.—Claro, debe ser por el p