Pov Isis

Casi un mes había pasado desde que los chicos me habían pedido matrimonio y cada día de este, con sus pros y contras era más feliz que el anterior. Había aprendido que el sexo convencional no era divertido y ambos me habían enseñado los placeres ocultos tras un poco de sumisión, eran mis maestros y estaba profunda e irremediablemente enamorada de ellos. Como lo había sabido, eso había sido algo simple de presenciar.

Cerca de dos semanas desde su propuesta habían salido de viaje, me había quedado ya que tenía turno en el pueblo y no quería faltar. Lo que no queria decir que no me hubieran suplicado para que fuera con ellos. Una joven en extremo hermosa, con un vestido que a pesar de lo suelto dejaba ver un cuerpo con buenas curvas, había llegado ese día a palacio acompañada de dos niñas rubias de un encanto innegable. El cabello de la chica llegaba hasta su cintura y sus ojos eran azules como el océano polar. Mi cuñada me había pedido que la acompañara y nos habíamos dirigido