No sabía a dónde ir con exactitud, pues no esperaba que Amaro fuera a aceptar salir conmigo en plena jornada laboral, así que conduje por las calles de la ciudad hasta encontrar el primer bar nocturno que estuviese abierto. No tenía nada planeado, solo llegué a su taller y quise pasar un rato agradable con él. Amaro me hace olvidar del mundo y de cada uno de mis problemas.El sitio al que ingresamos se veía reservado y muy tranquilo. Había pocas personas disfrutando de un trago, una música suave y relajante y en compañía de sus amistades. Nos sentamos en una mesa lejana, donde teníamos bastante privacidad y no nos mezclábamos con el resto de las personas.Durante el recorrido en el auto hablamos muy poco, pero él no se veía molesto ni nada parecido. Todo lo contrario, bromeó un par de veces diciendo que era la segunda vez que tenía la dicha de montar en una belleza como lo era mi auto. El ambiente entre nosotros no se percibía cargado ni tenso, había esa misma conexión y química que h
—¿Tu esposo es Daurella, el político, ese que está lanzándose para gobernante? —inquirió, escarbando lo que había en la caja con un esfero que sacó del bolsillo de su camisa—. Su puta madre, ¿qué mierda es todo esto?—¿Qué cosa? —me acerqué a él, con la viva curiosidad de saber lo que había allí y le había causado tanta impresión.Pensé que ver en vivo y en directo a Amir ser empalado por otro hombre mientras pedía más en un hilillo de voz sería suficiente sorpresa para mi corazón, pero no estaba preparada para las fotos que había en el interior de la caja. Eran fotos de Amir y Steven, una más retorcida que la siguiente, en posiciones que jamás en mi vida hubiera podido imaginar que se podían realizar a la hora del sexo, desnudos y con implementos que daban a entender que les gustaba jugar a diferentes roles.Había una foto, entre tantas, que llamó mi entera atención. Era Amir, vestido de mujer, incluso tenía una peluca rubia muy larga y el rostro maquillado. Suponía que Steven estaba
***Cerré los ojos por breves segundos e, inconscientemente, acaricié mis labios, recordando la manera en que su boca encajó con la mía y todo lo que encendió un solo beso en mi ser. Si antes Amaro estaba en mis pensamientos la mayor parte del día, ahora no lo puedo sacar de mi cabeza. Aunque estaba muy ebria esa noche en la que nos acercamos un mundo, recuerdo a la perfección todo lo que nos dijimos, lo que sucedió y el respeto con el que me trató.Tenía tantas ganas de que consumiera todo ese fuego que latía y sigue latiendo en mi interior, pero debo admitir que ahora que estoy lúcida, que me haya respetado y frenado hace que me guste más.Pienso en sus labios, en lo suaves y dulces que son. Me recreo en ellos una y otra vez, siendo devorada de pies a cabeza hasta lo más profundo de mi corazón. El deseo y las ganas entre nosotros es tan palpable, pero lo único que hacemos es acrecentar ese fuego que sentimos el uno por el otro. No hay nada que nos frene, pero mantenemos la cuerda te
Un beso puede tener muchos matices, puede ser inocente, torpe o ardiente, puede que sea de lengua o solo un roce básico de labios, puede que no sientas nada a sentirlo todo. Entre tantos besos, jamás me habían dado uno como el que Amaro justo ahora me está dando, robando todo el aire de mis pulmones y hasta mi capacidad de pensar con claridad.Sus labios son suaves y carnosos, pero tienen una habilidad increíble para hacerme vibrar bajo ellos. Su lengua tiene gran experiencia, pues sabe usarla a la perfección, recorriendo mi boca de una manera que me tiene ardiendo de deseos.Para acrecentar todas esas sensaciones tan maravillosas que florecían en mi interior y se hacían cada segundo más intensas, enredó su mano en mi pelo, presionando con firmeza y suavidad mi nuca, impidiéndome cualquier ruta de escape.Me sentía presa en su boca, maravillada por la forma en que sus labios encajaban con los míos y me devoraban a sus anchas. Un beso nunca me había parecido tan rico, ardiente y avasal
El reciente orgasmo y que todavía me encontraba muy sensitiva no me permitió decirle palabra alguna. Miré fijamente a Amaro, mordiendo mis labios mientras lo veía sacar su mano de debajo de mi pantalón y llevarse los dedos a sus labios.Lamió pausadamente sus dedos, sin despegar su mirada de la mía. Esa expresión tan perversa y erótica mantenía el calor a todo dar en mi cuerpo. Aunque sus dedos son maravillosos y llegaron hasta lo más profundo de mí, todavía me siento muy caliente y con ganas de sentir el verdadero fuego que habita en el interior de este hombre tan ardiente.—Eres muy dulce.Con una sonrisa extremadamente mortal y maliciosa, me quitó los zapatos y el pantalón, dejándome en la pequeña tanga que se encontraba muy húmeda. Me miró de pies a cabeza, haciéndome sentir poderosa ante esa mirada tan oscura y profunda.No me había dado cuenta de que estaba tendida en el capó de uno de los autos hasta que me tomó de las piernas y me jaló hasta dejarme en el borde. Abrió mis pier
Abrí los ojos, sintiéndome agotada físicamente, pero en extremo satisfecha. Mi parte íntima ardía, sentía las piernas encalambradas y temblorosas, y un cansancio que me impedía levantarme de la suavidad de la cama.No recuerdo cuántas veces Amaro me sometió a recibirlo de lleno y en unas posiciones que pusieron a prueba mi resistencia y flexibilidad. Solo han sido tres hombres con los que he tenido sexo, pero Amaro ha sido el único de doblarme, estirarme y doblegarme a su santa voluntad, demostrando no solo el fuego que posee sino también dejando entrever que le gusta entregarse en cuerpo y alma a otra piel.Mi primera experiencia no fue tan agradable ni tan grata de recordar, fue dolorosa. Con Amir siempre pensé que era único en el sexo, que era todo un hombre que sabía estudiar el cuerpo de su mujer, pero todo era una fachada para no dejar ver sus verdaderas preferencias. Amaro me acaparó de punta a punta, llenándome como jamás lo han hecho y haciéndome sentir en la gloria, como una
Su reclamo me desconcertó por un instante. ¿Quién se cree que es para venir a reclamarme algo? Un papel todavía nos sigue uniendo, pero nuestros cuerpos y nuestros corazones se encuentran dirigiéndose por diferentes caminos, uno cada vez más lejos del otro.Amir no me dio tiempo de reaccionar ni de responderle, cuando abrió la puerta del auto y me sacó por el brazo, usando más fuerza de la que debería.—Que bajes de ahí, Brianna. ¿Quién es él? ¿Qué buscas haciendo todo esto?—¿Qué mierda te pasa a ti? —me solté de su agarre, saliendo de mi sorpresa—. Tú eres el menos indicado para venir a hacer reclamos. No te los hice yo, cuando te encontré bien enzarzado y virando los ojos como la del exorcista, para que formes tremendo espectáculo por un beso. Te recuerdo que entre tú y yo no hay nada más que un estúpido papel que dicta que somos marido y mujer, pero los dos sabemos que estamos muy lejos de serlo realmente. Su rostro se puso de mil colores, no sabía qué responderme mi cómo mirarme
—¿Quieres ganar porque quieres o porque tu padre ha perdido seguidores? No estás en la obligación de seguir en un campo que no es el tuyo. ¿Qué pasó con salvar vidas? ¿No soñabas con ser doctor?—Existen muchas formas de salvar vidas, Bri. Puedo ayudar a familias enteras si llego a subir, pero si me divorcio y tu padre me quita el apoyo financiero que me ha dado, es imposible que pueda cumplir con todos los proyectos que he puesto sobre la mesa. Quiero ayudar a mi padre para que su partido no se haga añicos, pero dependemos de todo en ti. No me quiero aprovechar de ti, sabes que no soy así, pero no sé qué más hacer. Steven me pide que deje de intentar, que no es necesario que siga bregando con esto y que nos vayamos muy lejos, pero él tampoco entiende que ser gobernador es lo que aspiro y más deseo. Quiero ayudar a todos los que necesitan de una ayuda sincera y amigable. Tú no te imaginas la cantidad de niños, mujeres y hombres que pasan hambre y sufren día a día.—Me alegra saber que