Lillian vio a Shane caminando hacia el ascensor y ella lo siguió, ella no dijo nada cuando se unió a él en el ascensor, ambos se quedaron en silencio, observando cómo las puertas se cerraron y esperaron llegar a su piso. Cuando se abrieron las puertas, Shane marchó directamente a su oficina y ella lo siguió. Salina se incorporó cuando los vio.

—Bienvenido señor, señora Williams—, se inclinó ligeramente en saludo. Shane no dijo nada y Lillian tampoco, entraron en su oficina e inmediatamente se cerró la puerta detrás de ella, Shane la metió en sus brazos y se inclinó en su cuello, respirando su olor.

—Lo siento, lo siento por todos los dolores, todas las tristezas. Lo siento por todo lo que tuviste que pasar por ella, lo siento por todas las dudas y las palabras molestas, lo siento por cada cosa y quiero que sepas que si debes alejarte ahora, yo lo comprenderé. Si quieres alejarte de mis brazos, ahora, no te culparé, no te merezco, no merezco a Shana. Entenderé si debes llevarla