Capítulo 63

Un poco de verdad. 

Einar

Después de la estupidez que Anya vivió en mi oficina y el verla imponente y no dejar que Sabrina la hiciera menos me excitó y ella lo supo en el momento que me restregué en ella, asi que no dude en tomarla y llevarla a su habitación en la sede.

Tomo su cadera y guío su movimiento en círculos, veo la perfección de sus pechos moverse y hacen que me prenda aún más.

Sus jadeos y gemidos son el maldito mejor sonido que puedo escuchar, el escucharla gemir mi nombre, como me pide más y tenerla puesta para mí es jodidamente satisfactorio.

—Einar—sujeto con fuerza su pequeña cintura y comienzo a moverla lentamente enterrando me en ella.

—Vamos nena, quiero que te vengas cuando yo lo haga—comienzo a embestirla y jadea a lo alto.

«Que toda la sede la escuche, que escuche

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