Boletín informativo y más.
Agentes como siempre es un placer saludarlos con estos pequeños espacios de entretenimiento y al mismo tiempo informativo para ustedes.
Se nos ha notificado que el día de hoy en un encuentro peligroso la agente élite Anya Meyer ha sido hospitalizada por motivos que no se han dado a conocer, al igual que la gran química del FBI Hanna Meyer.
En la unidad clínica médica del FBI solo hemos observado que la élite es la única que tiene acceso.
No se ha tenido información al respecto.
como también se sabe que el día de ayer en el operativo del equipo élite a cargo del agente Einar Kotch, el líder de la mafia australiana, Mauricio Morris fue herido y fallecido en el momento,
Einar. Verla escupirle a Morris me lleno de orgullo, escucharla gritarle que es un puto enfermo también, pero ver qué la tiraba al piso dispuesto a violarla me detonó. Escuchar como la ofrecía a los otros y lloraba pidiendo que pararan hizo que sintiera un estúpido nudo en la garganta. Pasó hace unas horas, pero tengo ese momento grabado como si hubiese sucedido hace cinco minutos. —Einar está sufriendo—dice Kenia entre lágrimas—el maldito enfermo la está haciendo sufrir. Entra Zarick con laptop en mano. —Dejé vídeo en vivo de lo que sucede en la sala, omití el audio. —¡Pa
Anya. —Entonces…—pregunta dudoso. —¿Entonces qué? —¿Tú y el agente Kotch? Quisiera decir que sí, pero no sé en realidad qué es lo que tenemos, me gusta y yo a él, pero solo estamos ahí sin dar un paso sin avanzar. —Creo que sí—hago una mueca. —¿Crees? —Nos gustamos mutuamente, la atracción física es notoria no lo niego, pero no sé qué es lo que tenemos »Somos exclusivos, él no sale con nadie y yo no salgo con nadie, me gusta estar con él, me gusta su compañía y a él le agrada mi compañía, pero solo es eso, no es algo que esté muy establecido—hago una mueca. Me frustra no saber con exactitud lo que somos. —No lo conozco, pero tiene una suerte del tamaño del maldito universo, no cualquiera sale con alguien que lleve el apellido Meyer, vienes de una gran dinastía de agentes, guerreros y de una dinastía de inteligencia, si ves que las cosas están estancadas »tienes
Anya. Me siento sobre su regazo y escondo mi cara en su cuello. —No sabes lo frustrado que estoy, me siento impotente el verte así, quería asesinar a todos los malditos cerdos violadores que estaban ahí, tenemos más trabajo de lo normal »Tienes que ser consciente que esto va más allá de ti, es algo que tienes que evitar, si te digo que pienses con cabeza fría lo haces, si te pido que te quedes con tú familia lo haces. »Quiero evitar que suceda algo peor—concluye. —Gracias—Murmuro contra su cuello y comenzó a besarlo. —Anya—se remueve incómodo. —Lo siento—me aparto, pero une sus labios sobre los míos. El beso no es lento, ni rápido, es en un ritmo especial, marcando nuestro propio compás de ritmo. —Me gusta estar así, me gusta tenerte y que no seas un hijo de perra—admito. —Vaya, no creo que a Barbara le guste saber que la llamaste perra. —Yo no le dije
Dominic. Tres años, tres años que se han basado en ser solo un amigo para Anya, en ser solamente ese amigo con el que siente confianza, con el que puede quitar su frustración sexual. Esas caricias, cada embestida, cada beso, cada gemido, jadeo y montada. Recuerdo cuando la conocí, estaba perdida en la sede, caminaba por el campo los hombres le silbaban y las mujeres la miraban con desprecio. —Hola. —¡Oh hola! —¿Eres nueva? —¡Si! ¿Tanto se toma?—se apena. —he visto que has dado vuelta al campo por lo menos tres veces. —Es enorme esta sede, de la que yo vengo es un chiste a lado de esta. —¿Trasladada? Vaya, debes ser muy buena, ¿De cuál sede vienes? —Londres—sonríe. —La segunda mejor sede, pues ¡Bienvenida! —sonrío. —Muchas gracias, te molesto, pero
Anya. Todo se siente correcto cuando estás con la persona indicada, el escalofrío que provoca en tu cuerpo, lo que causa un simple roce de manos, todo es totalmente inexplicable pero realmente satisfactorio. Así me siento con Einar, estos días dónde he tenido ese quiebre emocional se ha convertido en mi soporte, es quien me lleva con mi psicóloga, es quien soporta mis momentos de irá, mis gritos, insultos y golpes. Sin ser nada se convirtió en un todo, incluso West después de enterarse de lo sucedido, apareció en el departamento con dos ramos de rosas, Hanna casi se desmaya y yo quedé sin habla ya que cantó para nosotras, contó brevemente que conoció a una chica llamada Weslyn quien rompió su corazón al marcharse y no decir a dónde iba, minutos después Einar llegó y lo sacó a regañadientes. Días dónde esa mirada azul, penetrante e intensa, las palabras que me decía, fueron una corriente de energía, un motivo
Anya —¿Exageración o drama? Si agentes, estamos en ese dilema, ya que la agente Meyer no se ha presentado ante la sede alemana a brindar apoyo, se siente lastima por ella y su hermana por los acontecimientos que vivieron hace unos días, pero ¿Es necesario todo lo que hacen? Bien se sabe que el agente Einar Kotch golpeó a unos periodistas por comentarios que hicieron, como también el Director Cainan Kotch junto con su esposa salieron hablar acerca de lo ocurrido. »Cabe aclarar que no fue una violación lo que vivieron, fue un intento de violación en el cual solo recibieron daños físicos, los cuales son lo mínimo, que incluyen hematomas, rasguños o luxación »Las medidas que los Meyer están pidiendo son exageradas y es aún más exagerado qu
Einar. ¿Pedazo de carne? Puedo tener mirada lasciva, puedo matar con la mirada, retar con ella, ordenar, pero jamás mirar a Anya como pedazo de carne. Ella es alguien que infla mi pecho y mi ego, es una mujer completa en todo sentido de palabra, tiene autonomía, se vale por sí sola, es una gran agente y ha forjado su carrera por sí sola sin apoyo de Alexandre ni Zack. Puedo ser un hijo de puta, pero el maldito hijo de puta se guarda cuando estoy con ella. Hago cosas que jamás imaginé hacer por una mujer. Así que ese maldito pendejo enamorado de «Mi chica» no puede venir y blasfemar diciendo que veo a Anya como un pedaz
Einar Miro sus ojos y los veo cristalinos, me mira fijamente, con una blusa a medias en su torso. —Tanto esperé para escuchar algo así de ti, gracias, cariño—habla y me besa—entonces… —¿Ya somos pareja? —¿Pareja?—pregunto desconcertado, para mí éramos ya, jodidamente pasamos cosas que le dieron ese significado, del cual estuve huyendo. —Si pareja, novios, esos que se dan la mano, se besan, tienen mensajes candentes, sexo caliente y se dicen cosas cursis el uno al otro, tambien esos que consiente mucho a su novia—responde con una ligera sonrisa. —No me lo has pedido, solo te advirtió que no soy un hombre fácil. —¡Joder Anya Meyer