Viendo esto, Erwin recogió las partes del reloj y el microchip con total naturalidad, pero por dentro, Erwin se sentía entusiasmado, de hecho este reloj no era suyo, sino de su amigo desaparecido hace poco menos de tres años, en todo este tiempo no supieron nada de él y ahora encontrando este microchip tiene las probabilidades del 50 % de encontrar alguna pista sobre él.

Por esta simple razón, Erwin estaba eufórico, pero esto no podía demostrarle a los demás, quienes tenían la cara molesta por la simple presencia de Ángela.

Cuando ya todos tomaron sus maletas y demás cosas de mala gana, Erwin frunció el ceño al notar que no había nada suyo, pero antes de que pudiera decir algo, una joven señorita sale de la misma habitación de la que salió Ángela hace un momento, de la habitación de Erwin.

Esta joven se&nti