¿No que estoy diciendo? 

Pestañeo varias veces cuando me lo entrega y mi mano tiembla cuando lo tomo por fin, muerdo mi labio con ansias de meterme la droga. La necesito realmente me hace falta ahora relajarme con todo el estrés que manejo con esta situación tan desesperante, el miedo no se esfuma y aparto las ganas de llorar.

–Espero que lo tengas controlado —bota el humo, y sus ojos azules me detallan, esta familia tiene una belleza demoníaca, fácilmente cualquier chica, caería rendida a los pies de estos dos rubios galanes con tatuaje, menos Dominik

—Lo está no te preocupes. 

—Te creeré porque apenas te conozco, no lo consumas aún, con lo que acabas de consumir es suficiente para relajarte —es la verdad, la droga está haciendo efecto y siento entumida mi lengua, mi cuerpo reglado y mi mente un poco más pedida—échate estas gotas —me las pasa después de aplicarse el—y apúrate que me mandaron a buscarte. 

Retrocede