Ashraf regreso el martes a su casa y solo silencio y soledad encontró.

Un mal presentimiento lo invadió y decidió subir a toda prisa a la habitación de Hana.

Al abrir la encontró en la cama con su bebe en brazos cantándole una canción de cuna.

Ashraf pudo respirar aliviado, pensó por un momento que Hana lo había dejado.

Hana lo miro de una manera que le congelo el alma. En los ojos de su esposa había algo muy parecido al odio.

Hana se levanto para colocar al bebe en la cuna y el quiso poder tomarlo en sus brazos y besarlo pero se abstuvo.

—Que quieres Ashraf- le pregunto fríamente

—Pense que se habían ido, que me habían dejado- reconoció dolido

—Pronto lo haremos créeme- índico ella con desprecio. En ese momento lo estaba odiando tanto por haberle engañado, y mas allá el temor de pensar