Capítulo 36

Han pasado dos días en los que no sé nada de ella, no responde mis llamadas, ni mis mensajes, no sale cuando voy a su casa. Sus padres tienen prohibido hablar conmigo sobre el tema y mi hermana no ha parado en la casa desde entonces.

La extraño con todas mis fuerzas, me desespero por las noches, extraño sentirla cerca de mí y extraño tenerla conmigo siempre.

Todo fue por una mierda estúpida, ni siquiera me di cuenta de cuándo me emborraché tanto y, en mi maldita idiotez, no me di cuenta de lo que ponía en juego. Ella era mi tranquilizante y lo perdí... después de todo lo que me costó encontrarla y aceptarla.

Mis puños ardían y solo así me di cuenta que el saco de box tenía una enorme brecha generada por mis puños inevitables. Josh me observaba con pena y esa característica mirada de susto que tiene cuando me comporto así. De

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