La confesión resonó en la desierta carretera, envolviéndonos en una verdad para la cual no estaba preparada. Mis ojos se encontraron con los de Caleb, buscando respuestas más allá de la comprensión inmediata.
"¿Qué?" murmuré, mi mente luchando por procesar esta revelación. Caleb suspiró de nuevo, con disculpas flotando en su expresión.
"Cuando conocí a Zora, hace años, algo dentro de mí se conectó con ella de una manera inexplicable. Fui marcado como el lobo predestinado, destinado a protegerla, a servirla", explicó él, con cierta nostalgia. "Sin embargo, que la hija del Alfa Rey se involucrara con un lobo recién desterrado no estaba en los planes, así que Garnet contrató a Jeff para deshacerse de mí de una vez por todas, pero logré escapar".
Hunter regresó a nuestro lado, observando el desarrollo
El lobo de Caleb gruñó en respuesta, desafiante. La tensión flotaba entre nosotros, y la carretera que antes representaba un destino incierto se transformó en el escenario de una batalla inminente."No tiene que ser así, Caleb. Podemos resolver esto sin violencia", intenté argumentar, aunque sabía que las palabras probablemente serían ignoradas.El lobo se lanzó, rápido y letal. Hunter, con una agilidad sorprendente, evitó el ataque, pero la situación se desarrollaba rápidamente.Hunter, moviéndose con destreza, intentaba contener a Caleb, pero la furia del lobo era incontrolable. Las garras afiladas y los dientes al descubierto eran un recordatorio brutal de que nos enfrentábamos a un depredador formidable.Hunter se transformó en su propio lobo. Las dos bestias se enfrentaron, un duelo a punto de comenzar. Caleb se lanzó contra Hunter c
La respuesta resonó en mis oídos, y la dualidad de mis emociones se manifestó. Por un lado, la posibilidad de regresar a la manada me llenaba de calidez, sabiendo que estaría cerca de los trillizos, pero, por otro lado, la perspectiva de vivir a la sombra de la familia que Hunter construiría con Zora era abrumadora."Sabes que no me alejaré de mis hijos", afirmé, mi voz firme pero marcada por la angustia. "Pero no sé si soportaré verte a ti y a Zora como la familia perfecta con mis hijos, mientras yo me quedo al margen de todo esto."Hunter estacionó el auto, deteniéndolo. Se giró para mirarme, con una serenidad firme en sus ojos. "¿Realmente crees que haría eso contigo?"No pude evitar la incredulidad que se reflejó en mi mirada. La dinámica compleja entre los tres se volvía más intensa con cada momento que pasaba."Si eso no es l
El aire en la manada estaba cargado de tensión mientras Hunter llevaba a Zora hacia el centro de la comunidad. Garm nos esperaba como un guardián. Crucé miradas con Garm, mi corazón latía con urgencia por saber acerca de mis hijos."¿Dónde están mis hijos?", pregunté a Garm, mi voz delatando ansiedad. Él me miró y, con notable seriedad, señaló la guarida de los omegas."Están en la guarida de los omegas. Van a necesitar cuidados", respondió Garm, mostrando preocupación en sus ojos."Gracias", murmuré, sin esperar más explicaciones, y corrí hacia la guarida de los omegas. La preocupación dominaba mis pensamientos mientras imaginaba lo que podría haberle sucedido a mis trillizos.Al llegar, me encontré con Cierce, cuya expresión ya insinuaba malas noticias. La miré con urgencia y supliqu&eacu
"¿Quién te lo dijo?", pregunté, curiosa."No necesité que nadie me lo dijera para llegar a esa conclusión. La expresión de Cassian delataba quién era el padre", reveló Zora, confirmando que la similitud entre Cassian y Hunter era tan evidente que la paternidad no podía negarse."Lamento no habértelo dicho antes, ni a ti ni a Hunter", confesé, tratando de reparar la falta de transparencia.Zora, por su parte, preguntó si Hunter ya estaba al tanto de la paternidad. "¿Cuándo se lo dijiste, Fierce?""Se lo conté a Hunter cuando llegamos a Seattle", expliqué. Sin embargo, la reacción de Zora me alertó sobre algo que no había notado."Extraño", comentó Zora. "Hunter no mencionó nada sobre saber que ya era el padre.""Sugiero que hablen cuando regrese Hunter", sugerí, dándome cuenta
El aire estaba impregnado de tensión cuando, junto a Cierce, fui sorprendida por la llegada de Hunter. Sus penetrantes ojos observaban cada movimiento nuestro, y su expresión curiosa indicaba que quería saber sobre nuestra conversación."¿Sobre qué estaban hablando ustedes dos?" inquirió Hunter, dirigiendo su mirada alternativamente hacia mí y Cierce.Miré a Hunter con una momentánea vacilación. No estaba segura de si era el momento adecuado para revelar la verdad sobre las heridas de Zora. Mientras tanto, Cierce aprovechó el momento para despedirse."Voy a ver cómo están Zora y los chicos", dijo Cierce, dirigiéndose hacia la entrada de la madriguera."Está bien", acordó Hunter, permitiendo la retirada de Cierce. Le agradecí a Cierce por su presencia y ella se retiró.Hunter volvió nuevamente su mirada hacia m&
Mientras Cierce preparaba la Caléndula, apareció Hunter. Sus ojos se estrecharon al ver la actividad, y se acercó con preocupación."¿Qué están haciendo?" preguntó Hunter, su voz cargada de inquietud."Cierce está preparando Caléndula para ayudar con la fiebre de los niños", expliqué, volteándome para mirarlo.Hunter asintió, comprendiendo la situación. "¿Los lobos aún no han regresado?""No, Hunter. Nadie ha pasado por aquí todavía", respondió Cierce, sosteniendo la flor de Caléndula en sus manos.Hunter respiró hondo, comprendiendo la gravedad de la situación. "Voy a verificar lo que pudo haber sucedido. Necesitamos el antídoto lo antes posible".Mientras Hunter se alejaba para investigar, Cierce comenzó a preparar una infusión con pétalos de Calé
Caminamos fuera de la guarida de los omegas, Hunter, Cierce y yo. La tensión flotaba en el aire mientras nos dirigíamos a la entrada, y nuestros ojos se encontraron con Garm, herido y visiblemente afectado. La expresión seria de Cierce revelaba la urgencia de la situación."¿Qué pasó, Garm?" preguntó Cierce, examinando las heridas del lobo.Garm lanzó una mirada cansada a Cierce. "Todo sucedió muy rápido. Los lobos comenzaron a ser atacados, y traté de acercarme para tomar algunas frutas, pero me lo impidieron."Miré a Garm con preocupación. "¿Impedido por quién?"Garm respiró hondo antes de responder. "Ignis."Mi corazón se aceleró al escuchar ese nombre. Ignis todavía estaba viva, complicando aún más la situación."Ignis... ¿está viva? O mejor dicho, ¿sigue viv
La tensión flotaba en el aire mientras caminábamos de regreso a la Guarida de los Ómegas. Las noticias sobre las heridas de Garm y la posibilidad de una amenaza desconocida para nuestra manada creaban un ambiente de aprensión. Hunter, Garm, Zora, Cierce y yo estábamos reunidos, discutiendo los próximos pasos. Al llegar a la entrada de la guarida, Hunter se acercó a Garm y Zora con una mirada seria. "He tomado una decisión", comenzó él. "He decidido ir a la cordillera para encontrar la Belladona. Si los chicos tienen alguna posibilidad de sobrevivir, debo actuar rápidamente." "¿Cuántos te acompañarán?" preguntó Garm, mirando fijamente a Hunter con ojos decididos. Hunter negó con la cabeza. "No quiero poner a nadie más en peligro, especialmente si Ignis está allí. Mi intención es ir solo." Zora tomó la mano de Hunter, preocupada. "No quiero que vayas, Hunter. Es demasiado peligroso. Si algo te sucede..." Hunter la interrumpió suavemente, tocando su rostro. "Si no voy, Ignis vendrá