—Haber si estoy entendiendo —Concetta se estiró cuando Natsuki después de algunas preguntas de más, confirmó que Concetta era quien decía ser—. ¿Has nadado y esperado detrás de una roca hasta que los barcos llegaran?—Llegué a la playa media hora antes de que los barcos llegaran —explicó Natsuki—, me escabullí de Gabriela y los demás, me metí al mar y nadé hasta estar lo suficientemente profundo y donde creí que los barcos estarían. Me he estado sumergiendo y solo saliendo a respirar por breves segundos para que no me detectaran y espere hasta que la batalla comenzara.—¿No piensas desatarme a mí también? —preguntó Leroy.—¿Cómo no sabemos que te cambiaras al otro bando como la primera vez y nos fastidiaras? —pregunto Concetta—. No sé si eres confiable.—Ya te dije que no tiene sentido estar del lado que quiere matar a mi hijo —respondió Leroy—. Yo solo quiero salvarlo, Kerim es por todo lo que hice esto.—¿Kerim? —Natsuki frunció el ceño—. ¿Es usted su padre? ¿El que es el mayor alia
Elizabeth se aferró al jefe de los hechiceros, que los mantenían firmes a pesar de que el maldito barco estaba elevándose.Para su suerte, el movimiento no era lo suficientemente rápido. La vampiresa debía tener dificultades para movilizar tanta cantidad de agua.—¿No pueden bloquear sus poderes? —preguntó Elizabeth a punto del colapso—. Si seguimos elevándonos, la caída será mortal.—Nuestra magia tiene un límite —respondió el hechicero apartándose de ella—, parece que esta guerra está perdida, no tenemos al ángel, necesita al mate de su hija para terminar el hechizo y no creo que sea posible capturarlo sin que los otros semidemonios caigan sobre nosotros.—Aún tenemos el plan de emergencia —bramo Elizabeth—, no podemos perder, ¡no puedo perder!El hechicero frunció el ceño.—Es un sacrificio terrible, demasiado oscuro y de consecuencias terroríficas para usted —espetó el hechicero—, y para su gente, no habrá nada que quede de ellos después de esto.—¡Hágalo! —exclamó Elizabeth—, hag
—¡Esta cosa es indestructible! —Estefan lanzaba todos los rayos eléctricos que podía—. ¡Todo le rebota!—Parece que tiene una especie de cubierta mágica que lo protege —hablo Bael—, mi lanza se detiene un momento antes de chocar con él, no es que no pueda matarlo, es que algo se lo impide.—He decidido que odio la magia —gruño Alan—. ¡Ya estoy harto de todas estas malditas artimañas!—Debe tener un punto débil —habló Dylan que apenas había escapado de un manotazo de aquella criatura que estaba empeñada en matarlos—, nada es infalible, ni siquiera la magia oscura, debe tener un talón de Aquiles.—Oh mierda —Gabriela señaló asustada—. ¡Parece que se quiere mover hacia la playa!—¡Ve a decirle que retrocedan! —Alan ordenó—. ¡Esa cosa come hombres lobo!En ese instante Elizabeth se hundió en la runa que tenía presa a su hija, esta gritaba de dolor mientras esas garras que sobresalían del suelo se hundían en su alma.—¡El momento ha llegado! —Elizabeth se sujetó bien de su bastón para agac
Todo se había vuelto un mar de aullidos, los hombres lobos se empujaban y se felicitaban llenos de júbilo. Casi no habían tenido bajas y los atacantes ni siquiera habían podido traspasar la costa, la ciudad y sus alrededores estaba intacta y su Rey seguía de pie.Oliver estaba inmerso en un abrazo con sus queridos amigos, Matt, Jeremy, Alex y Jose daban vueltas junto a su rey en un abrazo colectivo. En el medio, intentando zafarse de sus amigos, Jaime se quejaba pidiéndoles prudencia, no podían comportarse así enfrente de su ejército.—¡Por amor a la diosa luna! —Jaime perdió la paciencia—. ¡Tengan más dignidad ante los demás!—¡Al fin se acabó! —Alex gritaba—. ¡Al fin se acabó!—¡Mataron a la loca! —exclamó Jeremy apretando más a Jaime solo para fastidiarlo.—¡La vencimos de una vez por todas! —Matt intentaba bailar a patadas—. ¡No más escuchar sobre esa bruja!—¡Estamos vivos! —Jose casi lloraba—. ¡Estamos vivos!—¡Ganamos la guerra! —Oliver sujetó a Jaime con brusquedad y le dio un
Llego corriendo al palacio lleno de felicidad, la batalla había acabado y le informaron que toda su familia estaba ilesa y a salvo.Leia estaba sostenida de su mano intentando mantener su ritmo.—¡Liam sigo teniendo las piernas cortas! —hablo Leia haciéndolo parar—, por el amor de dios Liam, me voy a tropezar.Liam cargo a Leia, esta soltó una risotada. El príncipe se había transformado en su resplandeciente lobo dorado, subió a Leia a su lomo y había corrido como loco hasta el palacio dejando atrás a los demás.Aún estaba muy nervioso por lo de Gabriela y su preocupación aumento cuando despertó y ya no la encontró a su lado.Entro al destrozado despacho de su padre y este fue al primero al que abrazo. Oliver lo apretó contra si con fervor, feliz de ver a su querido hijo después de todo lo acontecido.Después de que se saludaron con mucho cariño, Liam procedió a saludar a los demás miembros del escuadrón que se encontraban ahí, que solo eran su tío Matt, su tío Alex y Jose, además Lia
Aparecieron cayendo estrepitosamente en el suelo, Gunnar la levantó rápidamente. Le hubiera gustado usar su magia, pero casi había gastado todas sus energías y necesitaba lo que le quedaba para sanarla.Pateó la puerta de la choza oculta que tenía en medio de la selva de Brasil, un lugar tan oculto y apartado de la sociedad tanto humana como de hombres lobos. Apartó las cosas que había en el mesón de madera que estaba en medio del lugar y puso a la enferme en esta.—¡Por la madre naturaleza! —se dio cuenta de que aquella chica tenía media cabeza abierta—. ¡Ninguno de mis hechizos sanará esto!Entró en pánico, se sacó la túnica porque en el lugar hacía un calor del infierno y porque recordó que tenía algunas pócimas sanadoras ahí. En su desesperación sacó todo en un gran desorden y ahí fue donde las vio.“Las lágrimas de ángel”Tomó uno de los frasquitos llenos de estas y las llevó a los labios de aquella joven.Sabía que con una lagrima bastaba, pero ella estaba demasiado herida, tant
—¿Ya va a empezar la reunión de manadas? —preguntó Leia ingresando a la habitación de Liam por la puerta conjunta que compartía con su habitación propia.—Dentro de un rato —respondió Liam acomodándose el uniforme de príncipe heredero enfrente de su espejo, se estaba colocando los gemelos en las muñecas de su saco.—Déjame ayudarte —dijo Leia acercándose rápidamente a Liam.Liam iba a protestar, pero Leia llegó rápidamente frente a él y empezó a colocarle los gemelos. Eran de color dorado con los grabados del escudo del Rey.Él la miró con ternura y ella le devolvió una mirada anhelante.Leyendo sus movimientos, ella empezó a acomodar el cuello de su saco antes de que Liam se apartara de ella.—Por dios Liam, desde que te has transformado has crecido demasiado —dijo ella teniendo que ponerse de puntillas para poder acomodarle bien la ropa—. Ya quiero transformarme para crecer un poco más.Liam sonrió.—Sabes, para mi es aún raro escucharte decir “por dios” en vez de “por la diosa luna
Era un juego de poder cubierto de malos chistes, era la primera vez que Liam asistía a una reunión de las diez manadas principales y resultó algo muy diferente a lo que había esperado.Cada alfa buscaba sacar el máximo provecho de cada acuerdo y con simples miradas se comunicaban cosas. Podía ver que había grupos divididos, por un lado, estaba el alfa turco Burak, que tenía a dos visibles aliados que eran el alfa ruso Alik y el alfa alemán Robert.En otro grupo y el cual Liam creía el más poderoso, era su tío Luke. Él tenía a al alfa Hiro totalmente de su lado, el alfa Jonny que prácticamente representaba a un continente entero y al alfa Pierre, aunque ahora parecía el eslabón más débil por todo lo que había pasado en su manada.Los tres alfas restantes no estaban unidos entre sí, eran como manadas independientes que se acomodaban a lo que les convenía, como el alfa inglés, que estaba contento porque las raíces del poder de Elizabeth no habían afectado a las manadas que administraba.