Odette debatió consigo misma si debía irse o quedarse a ayudar a Taylor. Al final decidió ir por ayuda, porque ella no lo sería contra todos esos monstruos.Desplegó sus alas y tomó vuelo impulsándose para tomar rapidez y llegar al palacio lo más rápido posible. Cuando ya estaba a una altura sobre los árboles, una fuerza jaló de sus piernas. Miró que pasaba y un hilo de una magia verde la tenía sujeta.Taylor maldijo mientras apuñalaba a un monstruo en su lomo en tanto que otro intentaba atacarla. Un hechicero de lo que ella suponía era magia oscura había capturado a Odette en el aire, su magia tenía ese tono verde que ella había visto antes.Se recordó meses atrás cuando ella recorría el bosque mágico de su hogar y se encontró varios lobos sin manada y un hechicero atacando a una Dríada. Aquel hechicero tenía un aspecto parecido al que estaba capturando a Odette.Solo que era obvio que este tenía mayor poder.Taylor se lanzó al suelo después de lanzarle el puñal a uno de los ojos del
Liam corrió y bajó varias escaleras, pensando seriamente en poner un ascensor dentro del palacio. Llegó a la entrada de la clínica, donde hace como veinte minutos su madre lo había mandado a su habitación junto a sus demás primos, porque Odette ya se encontraba estable y aún estaría inconsciente algunas horas y no tenía sentido que ellos esperaran interrumpiendo el paso.—Amor es muy lindo que quieras esperar por Odette —hablo Rosali con un gesto de dulzura—, pero Odette necesita descansar y…—Mamá, le han disparado a un amigo —hablo Liam muy rápido—, Bael y Estefan fueron por él. Gabriela los espera en el patio con Joon y pronto estarán aquí.—¡¿Acaso es el día de intentar matar adolescentes?! —dijo Lucy alarmada al lado de Rosali—. ¡Primero Odette y ahora esto!—Avisaré al doctor de turno y a Dylan —dijo Rosali entrando.—Yo iré por Oliver —dijo Lucy.No pasaron muchos minutos para que los gritos llegaran al pasillo. Estefan parecía tener a un Dorniar sangrante suspendido en el aire
—No entiendo nada de nada —dijo Luke mirando a su hijo—. No sé si están saludándome o me están lanzando una maldición egipcia.Bastian puso los ojos en blanco.—Te dije que el traductor debía venir en nuestro mismo auto papá —le contestó Bastian sonriendo a las personas que los estaban recibiendo—, pero nunca me haces caso.—Ese auto ya se sentía un horno solo con nosotros dos atrás —replicó Luke también saludando y sonriendo falsamente—. Voy a mandar a que le corten la cabeza si no llega ahora mismo.El auto donde se encontraba el traductor llegó y el traductor prácticamente salió disparado para llegar a ellos.Bastian empezó a agitar sus ropas sin dejar de sonreír, en la ciudad del Cairo, Capital de Egipto hacía un calor terrible. Su padre había organizado una visita al alfa Hamadi por una semana antes de internarse en el corazón del continente africano, en busca de las tribus exiliadas que Jaime le había mandado a investigar.El traductor empezó a hablar rápidamente con el que pare
Alan maldijo a todos los dioses en su mente y después soltó a Bastian. Este cayó estrepitosamente, empezó a toser e intentar respirar de nuevo mientras Merit lo auxilio.Estuvo a punto de pedir ayuda cuando Alan la miró amenazadoramente.—Si sueltas una sola palabra quemaré tus cuerdas vocales pajarito —ladro Alan mirándola con sus ojos color rojos.Merit sujeto a Bastian temblando de miedo.—¿Qué carajos haces aquí y no estás en tu estúpido país? —le preguntó Alan.—No creo que debamos hablar aquí tío —dijo Bastian levantándose y mirando detrás de ellos—. Hay demasiados oídos por aquí y creo que llamamos demasiado la atención.Concetta llegó a ellos cargando todas las cosas que compraron más al bebe.—Ah…mal… maldición… —Concetta estaba demasiado agitada—. ¿Por…porque no los has matado todavía?—¿Te acuerdas de Luke? —preguntó Alan.—¿Qué tiene que ver el imbécil más grande que he tenido la desgracia de conocer con esto?Bastian frunció el ceño.—Este mocoso es su hijo —gruñó Alan—.
Jose se derrumbó con la cabeza nublada después de llegar a la cúspide, miró al techo mientras su respiración volvía a su normalidad y la culpa lo embargaba.—Soy débil.Gabriela soltó una risotada.—En tu defensa, no esperabas que apareciera totalmente desnuda en medio de la noche.—Se supone que no te tocaría hasta que nos casemos.—Eres muy ingenuo a pesar de ser muy mayor.Jose gruño mientras Gabriela se arrullaba en su pecho desnudo.—Pensé que estaba soñando —se lamentó Jose—, eres malvada.Gabriela empezó a dejar pequeños besos húmedos por su pecho.—Ya fueron 2 veces seguidas, hasta los hombres lobos nos cansamos ¿Sabes? —sonrió intentando detenerla—. Hablemos un poco…—No quiero hablar —dijo Gabriela llegando a su cuello y empezando a besarlo—. Quiero lo que es mío, en cualquier momento podrían venir por nosotros, así que quiero pasar todo el tiempo que pueda contigo.Gabriela atacó su boca y Jose entendió lo que estaba pasando.Estaba asustada.Ese día habían estado a punto d
Siguió dando vueltas en el aire en busca de alguna señal, algún indicio de magia oscura. Aunque la ciudad no iba con él en lo absoluto, no podía despreciar su belleza y la cantidad de magia tan antigua que mareaba sus sentidos.Pese a que tenía un mapa que le señalaba las ciudades donde se harían los rituales. Aquel pedazo de papel no le decía los lugares exactos, dificultando su trabajo de encontrarlos y destruirlos.Cambió de dirección y se internó en la gélida noche en busca de algo más, el lugar debía estar infestado de cosas oscuras y tenebrosas. Magia que estaba fuera de su saber, así que volvió a concentrarse en algún rastro que no conociera.Paro en seco en el aire y lo sintió brevemente. El inconfundible olor de una humana y un vampiro.Se impulso con ayuda de sus alas y visualizo a lo lejos, en medio del desierto. Dos puntos que se movían entre la arena.Se acercó lo más que podía sin ser detectado. Estaba a algunos metros de ellos y se escondió en un gran montículo de arena
Todos sonreían y levantaban sus copas. Taylor se sorprendió lo fácil que se superan las cosas en ese lugar. Hace tan solo dos días, un hechicero casi la había matado y casi secuestra a Odette. Ahora todos contaban la situación como si una mosca cualquiera los hubiera fastidiado.Miró a su novio a su lado, contando del hechicero que los había atacado en el bosque mágico de Finlandia. Sus tíos se sentían cautivados por lo bien que lo relataba Theo.El Rey palmeó la espalda del tal señor Jaime. A Taylor no le caía bien del todo, no era que le tuviera resentimiento de cómo le había hablado la vez pasada, pero había algo en el que no le cuadraba por completo. Su sentido de cazadora le decía que no bajará la guardia con él.—Vamos Jaime, date algo más de crédito —hablo Oliver—. Hiciste un trabajo excelente exterminando a esas alimañas.—La que los atrapó fue Catrina —habló Jaime—. Deberíamos brindar a su nombre.—¡Un brindis por mi talentosa esposa! —grito Alex besando la mejilla de Catrina
—Quiero que seamos amigas.Taylor la miró totalmente confundida.—¿Y a ti qué te pasa?Gabriela solo sonrió en respuestas.—¿La comida te cayó mal o algo así? —Taylor la miró incrédula—. ¿Quieres jugar conmigo?—¿Porque jugaría contigo?La cazadora quería gritarle, pero no iba a caer en ese juego donde ella es la buena y Taylor queda como la mala.—¿Cómo podemos ser amigas si desde que llegas has intentado provocarme? —respondió Taylor intentando no gritar—. No lo niegues.—No lo niego, he estado molestándote por diversión junto a Estefan desde que llegaste —asintió Gabriela mirando primero la fuente y después a Taylor—, pero tuve una revelación el día de ayer.Taylor puso los ojos en blanco para después seguirle el juego a la demonio psicópata.—¿Una revelación?—Verás, seguramente has notado que mi mate es varios años mayor que yo…Podría ser su padre, pensó Taylor, aunque se ve más joven de lo que es.—Y siempre se junta con mis tíos con mucha frecuencia a tomar porque son sus amig