El frío suelo los espero con dureza cuando Alan se lanzó con Concetta en brazos mientras sus espectros mataban a quienes fueran los que estaban intentando atacarlos. Alan desplegó las alas y salió impulsado.Voló lo más rápido posible para dejar una larga distancia entre sus atacantes y ellos. Volaron hasta que las heridas de bala ya no lo dejaron seguir adelante. Al parecer los proyectiles estaban hechos de algo que le estaban haciendo daño de verdad.Cerró los ojos un instante y vio lo que sus espectros veían. Habían matado a varios, pero seguían apareciendo más atacantes con armas. Mando a uno de sus espectros a quemar todo el lugar y dejar sin rastro de su estadía ahí.El lugar empezó a incendiarse, algunos hombres intentaron escapar, pero los espectros de Alan empezaron a seguirlos. Uno de ellos atrapó en una burbuja de poder a un espectro y Alan pudo entender que aquel sujeto era un hechicero.Alan aterrizó bruscamente en lo que parecía un campanario abandonado. Con sus últimas
Bastián miró a Natsuki con una sonrisa jocosa antes de darle un golpe con la katana de madera, para su mala suerte Natsuki pudo prever su movimiento. Además de esquivarlo, terminó mandándolo directamente al piso.—Como te odio —siseo Bastian desde el piso—. Espérate que empecemos con Box.—No seas llorón —Natsuki siguió balanceando su propia katana—. Sabes que no hay manera que me ganes en una lucha de katanas o en artes marciales.Natsuki le dio la mano y Bastian la tomó para ayudarse a levantar.En ese momento escucharon un golpe seco sobre el piso afuera de la estancia donde se encontraban. Natsuki camino sonriente hacia la entrada del gimnasio de la escuela, sabía de antemano que era Odette.Ella abrió la puerta y Natsuki se preocupó por el gesto triste de Odette.—¿Qué paso amor? —Natsuki se acercó a ella rápidamente—. ¡¿Otra vez quisieron secuestrar?!Bastian empezó a caminar hacia ellos.—No…nada de eso —dijo Odette esquivando su toque—. Natsuki… tenemos que hablar.Bastian dej
Odette aterrizó en el jardín del palacio limpiando las lágrimas traicioneras que surcaban por su rostro. Camino viendo las hermosas flores del vasto paisaje y decidió estar un momento sola antes de enfrentar a su mate.Se sintió extraña al no sentir esa inmensa felicidad que supuso que sentiría al encontrarlo. Le había rezado mucho a la diosa luna que le brindara una alma gemela, a pesar de que posiblemente no debería tenerla ya que ella era un semi ángel y no una mujer loba. La diosa luna le estaba brindando una y ella no estaba satisfecha con eso.Tal vez pensó que tendría todos los efectos que le contaron. Sentir que el mundo se detenía cuando veías a esa persona, como el corazón latía con más fuerza y que de pronto encontrabas el significado de la vida.En vez de eso, solo sentía una especie de fuerza cálida dentro de ella. Una fuerza que parecía querer extenderse.Odette le prestó atención a eso, cerró los ojos y examinó en su interior la nueva energía que palpitaba dentro de sus
Estefan miró con cautela a Joon, este parecía perdido en sus pensamientos en vez de estar leyendo el libro que tenía en la manos.—¿Pasa algo? —preguntó el semi demonio inquieto—. Pareces alterado por algo.—No estoy alterado, sólo preocupado por algo que ni yo mismo entiendo —dijo Joon dejando el libro sobre el escritorio donde estaba sentado.—¿De qué? —preguntó nuevamente Estefan acercándose a su mate con un par de libros que había seleccionado de un estante.En ese momento se encontraban en la biblioteca del palacio, ese espacio ocupaba una gran parte del palacio y estaba abastecido con miles de libros que fueron recolectados por los diferentes reyes que ocuparon con anterioridad el puesto.—Creo que ayer volví a soñar con el pasado —contestó Joon algo extrañado—, pero no lo recuerdo muy bien, algunos retazos de ti hablando con otro hombre, pero este parecía ser tu amigo y te decía que estábamos en peligro.Estefan suspiro, Joon tenía sueños renuentes donde siempre derivaba en que
—¿Dónde está el imbécil de Estefan? —Gabriela se cruzó de brazos mirando a todos lados—. No me gusta esperar a nadie.—Nosotros siempre te esperamos —dijo Odette risueña.Gabriela la miró irritada.—Ustedes tienen el honor de esperar mi presencia, pero siempre llego temprano a los entrenamientos porque es algo importante para todos —dijo Gabriela con gesto de autosuficiencia—. Sin excepción.Todos pusieron los ojos en blanco.Bael miro su reloj.—¿Alguien lo ha llamado? —preguntó Bael con su habitual cara de fastidio.—No me contesta los mensajes —le contestó Liam—. Pero siento su presencia dentro del palacio.—Ya sé que pasa —Gabriela se apoyó en su gemelo aburrida—. Seguro se le han pegado las sábanas junto a Joon. Ya saben, tiene al pobre Joon sin respirar.Bael y Liam hicieron cara de asco.—Tal vez debería ir a buscarlo —hablo Theo con amabilidad—. Mis papás nos esperan en el campo de entrenamiento desde hace diez minutos.—¿Quieres que te acompañe? —preguntó Taylor.Todos estaba
—¡Jeremy tranquilízate! —Rosali abofeteó a Jeremy—. ¡Ella va a estar bien!—¡Yo también soy doctor! —Jeremy luchaba con los brazos de Oliver y Jose que le sostenían—. ¡Evangeline!—Jeremy ya basta —Rosali le miro molesta—. La razón por la cual no estás ahí dentro es porque cuando nació Bruno te pusiste tan irracional que apartaste a todo el mundo y no dejaste que asistieran a Eva porque querías hacer todo tú solo, Evangeline ha dejado instrucciones de que tu no estés en el parto esta vez.—Pero… —Jeremy miraba implorante a su hermana—, pero…—No —Rosali lo señaló—. Yo la acompañaré y te llamaré cuando termine el parto.Rosali ingresó a la clínica interna del palacio, donde ya estaba Lucy acompañando a su hermana. Jeremy se dejó derrumbar.—Vamos viejo, ella se pondrá bien —dijo Jose intentando tranquilizarlo tocando su hombro.—Dylan y Odette están en camino —dijo Oliver tan bien nervioso por su menor hermana—. No va a pasar nada, no te preocupes. Eva es fuerte y ya ha pasado por esto
El llanto de un bebé llenó el silencio de la estancia. Jeremy se levantó aturdido. Aquel sonido hizo que su mundo empezará a dar vueltas.Oliver le dio palmadas en la espalda, pero el lobo blanco seguía sin saber qué hacer. La puerta se abrió y apareció Rosali con una lágrimas en el rostro, pero mostrando una sonrisa sincera.—Ven —su hermana le tomó de las manos—. Ella te espera.Jeremy caminó como zombi e ingresó a la habitación donde se encontraba Evangeline. Cuando estuvo en la entrada se quedó estático cuando vio la imagen más hermosa que jamás había visto. Evangeline sostenía a una hermosa niña en brazos.El siguió caminando como zombi hasta ellas, la pequeña tenía los ojos cerrados y sostenía uno de los dedos de su madre.—¿Qué te parece Juliette? —preguntó Evangeline.Jeremy siguió mirando a la bebé.—Hola pequeña Juliette —susurro tocando el rostro de su hija.Evangeline soltó algunas lágrimas y le entregó con delicadeza su hija a Jeremy.Poco a poco los más integrantes de la
La música estaba a todo volumen, ella intentaba limpiar la mesa a pesar de que las personas se movían de un lugar a otro empujándola y la oscuridad se iluminaba de vez en cuando por luces de diferentes colores que le hacían más difícil la tarea. Llegó como pudo a la barra milagrosamente con todos los vasos sucios intactos, la rodeo e ingreso a la cocina poniendo las cosas sucias sobre el lavadero. Su compañera le dijo que su descanso ya empezaba.Salió a la parte trasera de aquel local poniendo un cigarrillo en su boca. Cuando terminara de juntar el dinero que necesitaba dejaría el tedioso trabajo. Odiaba ser mesera de discoteca, pero pagaban bien ahí.Boto el humo y se apoyó en esa pared mirando el oscuro cielo de aquella noche. Escucho ruidos y maldijo pensando que eran un par de amantes borrachos teniendo sexo en la oscuridad de aquel pasadizo angosto que los separaba del otro local.Pero escuchó algunos gritos y decidió acercarse un poco para fisgonear de que se trataba.—¡Te dije