Solo entonces Selena recordó que, aunque Elaine parecía obediente y adorable, no era una chica ordinaria. Sus artes marciales eran cien veces mejores que las de Ben.

Aun así, ella sabía que Ben era alguien que quería a su novia con todo su corazón, así que estaba segura de que no intimidaría a Elaine. Ellos realmente eran una pareja hecha en el cielo.

“Muy bien, estoy muy feliz de que ustedes dos estén juntos. Nos despediremos ahora”. Selena sonrió y estaba a punto de irse con Fane.

“Selena, ya que estás aquí con Fane y este es un cibercafé, ¿por qué no pasan una o dos horas aquí? ¡Apoyen mi negocio!”. Esa fue la descarada respuesta de Ben.

“¿Estás bromeando? ¿Crees que somos personas a las que les gusta navegar por Internet de esa manera? Muy bien, eso es todo. ¡Adiós!”. Selena se dio la vuelta mientras le hacía un gesto de despedida con la mano a Ben.

Mientras tanto… “¡Ejem, ejem! Elaine, te entrego a Ben. Él es una persona tímida y no toma la iniciativa de hacer movimientos la