Después de que Timothy y el resto se fueran de la sala, Fane se volteó hacia las chicas y dijo: “Deberíamos irnos ahora. Aunque estoy despedido, todos seguimos siendo amigos. Déjenme llevarlas a casa”.

“Fane, mi hermano habló por enojo hace un momento. ¿De verdad quieres renunciar así de fácil?”. La reluctante Tanya continuó persuadiendo a Fane, a pesar de que él lo dejó claro hace unos momentos.

Yvonne, su prima, se mostró igual de reacia. “Fane, tienes que pensarlo bien. ¡Es muy difícil encontrar un trabajo con un salario mensual de veinte millones!”. Aunque este tipo la molestaba de vez en cuando, la desanimaría verlo irse.

"¡No me arrepentiré de nada una vez que haya tomado una decisión!". Fane se rio. “Además de eso, ¿no gané mil millones en las pocas rondas de billar? Necesito trabajar durante varios años antes de poder ganar mil millones, ¿verdad?”.

No había nada que Tanya y el resto pudieran decir una vez que Fane tomara su decisión.

Sin embargo, los ojos de Sharon apare