"Claro que es verdad. Si existe la más mínima mentira en mis palabras, ¡que me parta un rayo de los cielos!".

El Primer Anciano cruzó sus brazos, mientras resoplaba. "Solo espera, Austin. Ya que no quieres admitirlo, está bien. Entraremos en el bosque dentro de un rato y nuestra gente capturará a los que enviaste allí para ayudar a esos intrusos. En ese caso, traeremos sus cabezas para enfrentarnos con todos ustedes. Si tu gente mató a mi discípulo, ¡jum! El Clan de la Matanza los aniquilará".

"Está bien. Ya que lo has dicho, ¡estaré esperando!".

Austin apretó su puño y dijo.

"¡Vamos! Solo espera y te arrepentirás de todo. Las personas que enviaste a ese lugar definitivamente tendrán una muerte miserable. ¡Ni uno solo de ellos escapará!".

Al final, Edward movió su mano y le ordenó a todos que se marcharan.

"Primer Amo de la Fortaleza, ¿por qué no luchamos contra ellos ahora mismo? Ya vinieron a nuestra puerta. No trajeron mucha gente con ellos, y la mayor parte de su fuerza de co