“Anciano Moseley, ¿y ahora qué? ¡El otro grupo no quiso entregar la bola de piedra! Y están muy unidos, y... ¡No podemos derrotarlos! ¡Ay! ¡Qué desastre!".

Matthew estaba deprimido y no sabía qué hacer. En un abrir y cerrar de ojos, perdió a más de cincuenta mil hombres, además de aquellos que murieron antes de la batalla con Fane y sus grupos; él estaba en una gran pérdida ahora mismo. Peor aún, personas fuertes como el Anciano Lock y el Anciano Hartman también fueron asesinados por el otro grupo. Estaba realmente sin ideas.

"¡Ay! Ya no hay de otra. Perdimos a muchos hombres, y los que sobrevivieron a la dura batalla también sufrieron heridas. Incluso si los perseguimos ahora mismo, simplemente no somos rivales para ellos. Sin mencionar que no hay moral ni espíritu de lucha entre nosotros. Así que, por el momento, solo podemos detener nuestro ataque".

El Anciano Moseley miró a la multitud sin comprender y al final sacudió la cabeza con impotencia. Su tono estaba lleno de desespe