Shirley se quedó perpleja cuando escuchó que Wilton iba a atacar a sus padres, y se tambaleó dos pasos hacia atrás de la conmoción.

“Vamos, Hermana, volvamos. Deberías descansar bien hoy y prepararte mentalmente para casarte en dos días”, dijo Hendrix, con una sonrisa pálida en su rostro. "No dejarás que un Rey de Guerra de siete estrellas aniquile a toda la familia Lancaster, ¿verdad?".

"Nunca pensé que Wilton fuera tan desgraciado como para llegar a tales extremos y obligarme a casarme con él". Shirley sonrió con frialdad, miró a Xavien frente a ella y gruñó: “¡Todo es culpa tuya! ¡Te dije que redujeras tu colaboración con la familia Norton y no hicieras proyectos tan grandes! ¡Jaja…! Lo hiciste solo para ganar más dinero. ¿Ves lo que está pasando ahora? ¡Acabas de arruinar la felicidad de tu hija por el resto de su vida!”.

“Ay… Sé que la culpa es mía, hija, y que debí haberte hecho caso desde el principio, pero me quedé sin opción. Sé que eres una niña obediente. No te quedarás d