Capítulo 6
JESS... Al Jess detenerse en la cocina se encuentro con una alta rubia sentada de espaldas a ella, vestida de una extraña manera; llevaba una túnica puesta con este calor infernal.—¿Hola? —pregunta dudosa Jess. Su madre le pasa por un lado colocando las cosas en la isla de la cocina, situándose así, frente a ellas—. No creo que nos conozcamos. —le comenta Jess muy segura, ya que ella no tenía amigas, al menos no cercanos para que la visitarán.Su madre sonríe con excitación en su mirada. La mira a ambas, La mujer sentada gira para encarar a Jess, dejándola perpleja en el sitio.—¿Que forma es esa de recibir a una vieja amiga?—¡Karen! —exclama Jess, su cuerpo temblándole, eso no podía ser real—. ¿Pero cómo? Quiero decir, ¿Cómo es que estás aquí?—¿Porque primero no vienes aquí y le das un abrazo a tu hermana? —Karen se giró en su totalidad aún sin levantarse. Jess corre a su encuentro, enganchándose del cuello de cuya mujer se había vuelto más que una amiga, su hermana. Las emociones que sentía en aquel momento eran inigualables; poder tocar a Karen después de tantos años de no verla era maravilloso. Muchas veces llegó a pensar que todo lo que había vivido era un simple sueño. Las dos mujeres lloraron abrazas la una a la otra, aún no se sentían listas para separarse, Jess sentía miedo de dejarla ir.—¡Dios mío, me han hecho llorar a mí también! —dice la madre de Jess, Verónica, secándose las mejillas—. No creo que sea bueno para tu amiga llorar, cariño, y menos para su embarazo.Jess se separa de Karen y mira con confusión a su madre.—¿Qué? —le pregunta Jess a su madre.—Nena, tu amiga está embarazada. —hasta ahora era que Jess se percataba de algo tan importante. Con toda la conmoción no se dio de cuenta.—Dios, Karen, cuánto lo siento. —esta vez nota la enorme panza de Karen—. Joder, pero si te vas a convertir en una coneja. ¿Cómo están mis sobrinas? Han de estar grandes. —Jess suspira con anhelo de poder verlas algún día.—Ja, ja, ja muy graciosa. No inventes, no pienso tener más que a esté par. —Karen acaricia su barriga con una sonrisa—: estás son tus sobrinas, aún no salen, se niegan hacerlo. —Jess la mira con la boca abierta y ojos muy sorprendidos, luego mira a su madre, que está igual de estática que ella—. ¿Qué? ¿Qué ocurre? Por Dios, nena, respira. —Karen se levanta preocupada y Jess puede darle un mejor vistazo a su enorme panza, y por lo bajá que se encontraba, Jess diría que daría a luz en cualquier momento. Un gran problema si eso sucedía.—Yo... Yo no sabía que el embarazo de los Dar... Bueno ya sabes, durarán tanto. —Karen arquea su ceja.—¿Qué, ahora ellos te parecen tan repulsivos que no quieres mencionar sus nombres? —Karen se sentía un poco insultada, los Dargoxiis en su opinión tenían más humanidad que los propios humanos—. Tres meses aquí y ya los desprecias. —era obvio que Karen se sentía dolida por la clara confusión.—Escúchame Karen, porque no te sientas mejor —le pide Jess amablemente, Karen obedece, pero solo porque sus caderas la estaban matando con el peso extra que tenía encima—. No podría odiarlos o algo así. Los aprecios mucho, y más por todo lo que hicieron por mí. Mamá, podrías por favor... —Le pide a su madre señalando la televisión con un movimiento de la cabeza, Verónica entiende lo que quiere y eso hace. Jess seguía empeñada que alguien los podría escuchar.—¿Qué pasa? —Karen la mira asustada.—Verás, cuando llegue aquí luego de mis "vacaciones" —hace comillas—. Me encontré con tres realidades muy duras para mí; una, el tiempo no funciona de la misma manera que afuera. Dos, mi exnovio estaba casado...—Bastardo miserable de kix. —Jess la mira sorprendida—. Las cosas malas se pegan. —Jess ríe y Verónica también.—Ya veo. Bueno como te decía: él estaba casado y aunque me dolió en su momento, hoy en día puedo decir que lo entiendo. Todos me dieron por muerta después de un año. Así que él se casó. Para cuando llegue ya habían transcurrido dos años desde mi desaparición.—¡¿Dos años?! Imposible, si solo fueron meses, ¡Dos meses para ser exactos, Jess!—Exacto. El tiempo funciona de manera diferente. Al principio fue un shock fatal el tratar de adaptarme a las cosas, saber que había perdido tanto tiempo. Saber que... —mira a su madre, está asiente dándole valor para que continúe—. Saber que mi padre había muerto por mi culpa. Por no encontrarme. Fue una destrucción total para mí.No era su intención terminar llorando, su madre se precipita a abrazarla. Cuánto le dolía no poder decirle a su padre cuánto lo amaba, sabía que nunca conocería a alguien como él, jamás. Mientras tanto, Karen estaba inmóvil sin decir una palabra, las lágrimas corriendo por sus mejillas. Fue Verónica la que se dio cuento, no le quedó más remedio que soltar a su hija y abrazarla. Le dolía verlas a las dos sufrir tanto. Karen, que se encontraba sentada en el momento en que Verónica la abrazo, rodeó la cintura de la amable mujer y lloró sobre ella.—Shhh, todo estará bien. No hay nada que el tiempo y Dios no logré curar, cariño.—Mamá tiene razón, Karen. Todo estará bien.—Todo es tan difícil. Hace cinco meses que salí de este lugar y dejé todo atrás, todo lo que conocía. Saber que en realidad han pasado años y no meses es extraño. No me importa, pero... Aun así, me duele. Siento mucho lo de tú padre Jess, me siento culpable por insistirte tanto a qué te quedarás, fui una perra egoísta. —Karen habla amortiguando su voz al tener la cara presionada contra el torso de Verónica.—¡Entiéndame muy bien jovencita! La muerte de mi esposo no fue culpa de ninguna de las dos más que de esas extrañas cosas, —agarra la cara de Karen con ambas manos, acunado su rostro en ellas—; Y si, cariño, yo lo sé todo. Mi hija no me guarda secretos, al menos eso espero. —sonríe—: pero fue divertido escuchar tu historia de los Ángeles y unas noches locas en el Casino. Sea cual sea el motivo por el que el destino te trajo aquí, debes de ser breve porque no creo que vayas aguantar mucho tiempo. Y no creo que sea bueno que ellas nazcan aquí. —toca su panza.Karen la mira conmocionada, la mujer mayor tenía algo en sus ojos que a Karen le recordaba a su madre. ¿Sabiduría? Inteligencia, compasión, humanidad, amabilidad, ¿Qué es? Aún no lo podía saber.—No creo que aún vayan a salir. Llevo meses esperando su llegada, a tener en cuenta que lo normal son dos meses o algo así. —Verónica le sonríe con dulzura, la suelta y besa la cima de su cabeza antes de irse, dejarlas solas. Eso era lo que podía percibir en la mujer, tenía sabio conocimiento—. Tú madre es adorable.—Si. Lo es.—Así que cinco años, ¿Eh?—Sí, cinco. Bueno en tu caso tres años de aquí.—Wow, eso es un montón años de m****a. —se recuesta de la silla poniendo su mano en la barriga—. Pequeñas ya escucharon, mami las ha llevado durante mucho tiempo dentro de ella, ya es hora de que salgan de ese horno, este pastel ya se pasó de cocción.Jess ríe y Karen también.—Es bueno verte.—Lo mismo digo, me haces tanta falta. Drak apenas y me deja salir de casa. Y ni hablar de esas hembras Dargoxiis celosas que están en contra de que lleven más humanas.—¡Oh Dios mío! ¿Dime qué no se han metido contigo?—Tranquila, no lo han hecho ni lo harán. De igual forma ellas no tienen nada que ver en esas decisiones. Las únicas opiniones que cuentan son las de Hayvin Bach, los del concejo y Drak. Para la cultura Dargoxiis, las hembras son altamente valoradas, motivo por el que muchas de ellas se sienten amenazadas con nuestras presencias. He visto a más de una ser muy grosera con sus parejas, odio eso.—Entiendo porque se sienten amenazadas, creo que yo me sentiría igual. Pero entonces no deberían tratar mal a sus parejas, idiotas. Situación difícil.—Lo es para todos. —se miran unos segundos en silencio—. ¿Así que doctora Williams?Jess sonrisa y asiente:—Así es. Me costó, pero lo logré, aunque por ahora soy reciente en el hospital de Marfan.—Y por lo que escuche sigues siendo una mujer peculiar.Ambas ríen.—Buenoooo, que te puedo decir. Creo que mis padres me enseñaron bien. Siempre que tenga que hacerlo, improvisare.—Siento mucho lo de tú padre. Lo digo en serio.—Lo sé. Gracias. Y no fue culpa tuya...—Ni de nadie más que de ellos. La señora Verónica tiene razón, los únicos culpables son los Lars.—Que no te oiga llamarla así, la hace sentir vieja. Y si, esos hijos de puta son los culpables.—¿Así que después de todo le contaste a tu madre la verdad?—No podía mentirle, no a ella... Y mucho menos después de todo lo que paso.Karen y Jess continuaron hablando, poniéndose al día con los acontecimientos y anécdotas de todo este tiempo, solo cosas triviales como cuando estaban en la nave. Pero Jess podía sentir que Karen quería decirle algo más, pero no sé atrevía a preguntar, tenía medio de saber que era. Y al no mencionar a Bex supo que algo había sucedido.Karen a su vez no hallaba como abordar el tema de Bex, solo que no contaba con mucho tiempo, debía volver.Capítulo 7JESS.Un rato después de tanto hablar y comer galletas, Jess mira la hora en el microondas de la cocina, siete y quince. Viendo lo tarde que era decidió ponerse hacer la cena con ayuda de una Karen muy motivada y delirante por comer algo humano después de tanto tiempo. —Necesito ir al baño, últimamente estás pequeñas no hacen más que patear mi pobre vejiga. —Jess la mira.—Por supuesto. —decide llevarla ella misma al baño. Luego regresa a su labor en la cocina. Era tan surrealista qué Karen estuviera allí con ella, era verdaderamente emocionante. Aunque sabía que debía hacerle la pregunta más obvia de todas. Esta visita no podía ser por cortesía simplemente, ¿Oh sí?Con una sonrisa en sus labios continúo picando el pollo que cocinaría. Una fuerte puntada en su hombro, en aquel lugar donde Bex la mordió, la hizo detenerse apretando con fuerza los puños, maldijo por lo bajo a causa del dolor. Eso era algo que solía sucederle de vez en cuando, cómo recordándole de su exist
Capítulo 8JESSJess voltea cuando llega a su auto. —No es un él, es un ella. Su nombre es Rose, y es la mujer que tuve que ayudarla a dar a luz. —¿Ella está bien? ¿Irás a la clínica?—Ehhhh, no. Iré a buscar al doctor Collins. —Jess se sentía culpable. Culpable porque sabía que debía tomar una decisión y Karen esperaba una.—Entonces si hay un "él" en la ecuación después de todo. ¿Acaso ya estás tomada por este hombre?—¡Dios, solo escúchate, ya está hablas como ellos! —¡Solo responde! —le grita Karen. Jess sube a su auto dando marcha atrás para poder salir. —¡No, no somos nada! ¡Nunca podría tener algo con alguien que no sea él! —El asombro en el rostro de Karen la hizo sonreír. Admitir que prácticamente estaba enamorada de Bex, se sentía bien. Agitó su mano en señal de despedida y salió a toda prisa de la granja. Olvidó decirle que no se marchara aún, solo esperaba que estuviera ahí cuando volviera. ¿Cuán largo podría seguir siendo ese día?(####)Jess condujo de regreso a la c
Capítulo 9JESS.Una vez más se encontraba de regreso en la oscuridad de la carretera, solo que está vez las lágrimas eran sus únicas compañías. Miró la hora en el reproductor del auto y se impresionó de lo tarde que era, casi media noche. «Dios no permitas que se marche, no aún» Jess se seguía engañado a sí misma, se decía que no tenía una decisión tomada, pero en su interior sabía que ya la decisión estaba más que tomada.Condujo a toda prisa mirando de vez en cuando la hora y esquivando a los pocos autos que se hallaban en la carretera. —¡Maldita sea! —golpea el volante molesto. Sentía que no llegaría a tiempo para ver a Karen. A lo lejos visualizo las luces flotantes de Marfan, se alegró de verlas pues eso quería decir que pronto estaría en casa. Siguió conduciendo unos kilómetros más por la oscura vía, ya no veía a los otros autos, ahora solo estaba a ella... ella con sus pensamientos. Al poco tiempo se alegró de ver las luces de su casa a lo lejos, aceleró sintiendo la emoció
Capítulo 10JESS—Esperen aquí. Iré rápido a buscar algo para llevar. —Jess entra corriendo a casa y sube a su habitación, agarra la maleta más grande que se encuentra, agradeciendo que tenga el suficiente espacio para que parte de su ropa le quepa, en especial su ropa interior. Mete cosas al azar apurada y muy emocionada de saber que pronto vería a Bex, su gran alienígena. Al terminar su maleta, pesaba más de lo que pretendía, pero si lo pensaba bien ¿Cuándo volvería a buscar el resto? Nunca. Agarrando su bolso de acampar mete todos sus artículos de baño pues no le pasaría como la primera vez. Luego de unos buenos quince minutos ya tenía todo listo para bajar cuando pasos corriendo por el pasillo llaman su atención. —¡Jessica! ¡Ven de inmediato esto es un desastre! —su madre entra en su habitación alterada y temblando. —¿Mamá que ocurre?—Hay un joven en la entrada, casi tan grande como esos sujetos, peleando con uno de ellos. —¡Mierda, no! —sale corriendo y luego se detiene, hab
Capítulo 11JESS—¿Estás segura de querer dejar la granja? —le susurra Jess a su madre. Verónica mira al frente intentando ver en la oscuridad lo mucho que se adentraban en el bosque con cada paso que daban.—Si. ¿Y tú?—Súper lista. Y nerviosa, esto no es como unas vacaciones. Esto es para siempre, nunca más volveremos. Aun así, quiero hacerlo, siempre y cuando te tenga a mi lado, mamá. —rodea la cintura de su madre y caminan juntas. —Juntas para siempre, bebé. Nunca más nos volveremos a separar. —¿Qué sucederá con el rancho?—Se lo deje a Bob. Deje las escrituras de propiedad con una carta donde dice que le dejo todo a él, sobre la mesa y las llaves de la casa debajo de la alfombra de entrada. Él sabrá dónde buscar. Y Por supuesto nunca mencioné a dónde iba, eso no le concierne.—Me parece bien. ¿Y Daisy?—¿Que con ella? Sé que Bob la cuidará. Además, no es como que la pueda llevar conmigo. —No, supongo que no. —Así que tengo otra hija, ¿Eh? —le pregunta Verónica sonriendo.—Eso
Capítulo 12JESS—Vamos. —le dice Gexton, instándolas a correr detrás de los demás para poder seguirles el paso. Los gritos de Karen resuenan por los pasillos de la nave. —Son ideas mías, ¿O está nave es más pequeña que aquella en la que estuve la última vez?—Este no es un barco solo es un transportador. Suelen ser más pequeñas. Debemos llegar lo antes posible al barco. —¿A dónde vamos entonces? —pregunta Verónica al ver pasar a los demás por una puerta metálica.—Al centro de mando. Tenemos que tomar asientos antes de que pasemos la atmósfera o la turbulencia no será agradable. —les explica Gexton. Jess tuvo un claro recuerdo del dolor en sus piernas la vez que bajo a la superficie en Dargox. Agarrando la mano de su madre corrió más de prisa por el pasillo hasta llegar a la sala de mando.—Aquí, humanas. —Vassi las acomoda en sus asientos abrochando sus cinturones de seguridad.—¿Karen estará bien? —le pregunta Jess a Vassi. —Si. Drak la sostendrá. No sé preocupen. —él mismo toma
Capítulo 13JESS—Archi Drak, es bueno tenerlo de regreso. —el Dargoxiis que los recibe inspecciona el pequeño grupo hasta que sus ojos se posan en Jess—. ¿Es ella? la hembra que recuerdo se veía más fuerte y su cabello era distinto. —los ojos ámbar del Dargoxiis examinaron a Jess. Verónica, que estaba justo al lado de su hija, mira al Alien y luego a Jess en una pregunta silenciosa en su mirada. Jess aprieta la mano de su madre cuando la ve dar un ligero paso adelante para que se detenga. —Es... ella.... querido.... suegro... —la voz de Karen sale entrecortada con suaves interrupciones a causa de los dolores, aun así, se podía notar el sarcasmo. Drak gruñe.—Mi Neka está apunto de traer a los cachorros al nuevo despertar —habla Drak con los dientes apretados—. Así que lo siento Havyn Bach, pero necesitamos llevarla a la bahía de sanación. —Jess ve la cara del Rey Dargoxiis palidecer unos cuántos tonos más, pero no hace nada se queda como en shock.—Llévala rápido, Drak. No pierdas t
Capítulo 14JESS—Claro. —Verónica se pone a buscar. Jess busca una bata muy parecida a la que uso la última vez que estuvo con ellos en la bahía de sanación, suspira molesta porque la cosa es demasiado larga. Gira en círculo y localiza algo de aspecto extraño que le recordaba a unas tijeras, corta el material para que le quede a la altura deseada y se la pone, recoge su cabello corto en un moño alto, o al menos esperaba que fuera uno. Camina al lavabo y pone las manos dentro preguntándose dónde estaba el grifo de la cosa, cuando de repente esté se activa y el agua comienza a salir de un pequeño tubo de la pared metálica, luego el agua se detiene y aire tibio sale para secarlas.Jess sonríe, «Sip, definitivamente los extrañaba a todos»—¡Listo! —Jess gira con una sonrisa en sus labios que muere al ver la cara de su madre—. ¿Qué ocurre?—Eso mismo te pregunto yo a ti, ¿Que ocurre Jessica? Sé que algo está pasando contigo y me lo estás ocultando. Cuando estábamos en la pequeña cosita q