Mabia

Llegamos a nuestro destino, en la entrada hay una gran puerta, la casa no es muy grande, pero tiene un jardín hermoso. Está rodeada de muchos árboles, éste lugar si que me encanta.

Entramos a la casa y Adán me presenta a las personas que cuidan el lugar, los saludos y les digo mi nombre.

Nos muestran toda la casa, a mí, porque Adán ya la había visto, es una propiedad de sus abuelos. En la parte trasera tiene una piscina, que mal que no vine preparada para eso.

Nos sentamos en el balcón. Adán decide buscar algo de tomar, viene con un whisky en la mano, he bebido ese tipo de bebida y me gustó.

Me pasa una copa y comenzamos a tomar.

- ¿Qué te parece todo esto? - me mira directamente a los ojos.

- Me gusta éste lugar, me siento muy cómoda aquí - esa es la verdad, estoy muy cómoda aquí y decirle eso no es nada malo.

- Me alegra escuchar eso - me dice Adán, al parecer quería impresionarme y lo logró.

- Gracias por traerme aquí - es lo de menos, de verdad estoy agradecida con él.

- M