—Mami, el mar es hermoso…

El niño habló lleno de energía, sus palabras un poco torpes eran graciosas de escuchar, mientras no pudo evitar y cargarlo en sus brazos

Era cierto, el mar era hermoso, todo ese lugar era hermoso, allí fue el primer lugar donde sintió la verdadera felicidad, donde pudo conocer aquello que se había negado desde su nacimiento

Ese lugar tenía tantos buenos recuerdos, pero también tenía amargos, llenos de tantas cosas, ella dio un largo suspiro, noto el gesto lleno de incomodidad del pequeño ante el sol que regocijaba sus ojos

Y decidir que lo mejor que podía hacer era quitarse sus lentes de sol y ponerlos en su rostro, su pequeño rostro se veía algo gracioso

Mientras ella no pudo evitar reír, pues él era lo más adorable que había en el mundo

—¿Me veo raro con esto? No me gusta mami…

Jade sonrió, era sin duda muy divertido, tanto así que ella con sus maravillosos ojos verdes lo observo y negó con su rostro hermoso

—No, te ves maravilloso, eres la cosita más linda