Capítulo 0272
Pero él estaba inquieto, sus ojos errantes, y sus palabras no seguían ninguna lógica.

—¿Qué es lo que quieres decir? —Santiago, enojado, golpeó la mesa.

—Abuelo, ¿podrías... llamar a Irene? —Diego, tocándose la nariz, parecía un poco avergonzado.

—¿No tienes manos? —Santiago estaba muy enojado.

—Irene me... bloqueó —dijo, aunque le costaba admitirlo.

Aunque fuera vergonzoso, llamarla era más importante.

—¡Ah, tú! No sé qué decirte... —Santiago señaló a Diego con el dedo.

Pero, al final, no podía abandonar a su nieto y esperaba que él e Irene pudieran reconciliarse.

Santiago llamó personalmente. La persona al otro lado respondió rápidamente.

—Irene, ¿todavía no te has acostado? —Santiago habló de manera amistosa.

Irene y Julio acababan de volver de cenar con unos amigos.

—No, abuelo, ¿cómo es que aún no te has acostado? —ella respondió rápidamente.

—Yo... —Santiago vio a su nieto al lado con una expresión esperanzada y dijo—. Irene, espera un momento, Diego tiene algo que decirte.

El te
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