Yalens soltó una dulce carcajada, y era que había confirmado que Anton Kalman le había tendido una trampa en la cual ella cayó fácilmente.

Y tomando una pocision igual a la del hombre lo miro a los ojos fijamente diciendo "¿Quiere jugar a la casita conmigo señor Kalman?".

Para Anton era muy gracioso todo lo que decía Yalens pero la posición en la que se encontraba le permitía nuevamente detallar sus sensuales pechos y la abertura de su falda le permitía detallar sus muslos y sus largas piernas.

Así que sin poder contenerse tomo la barbilla de la mujer en su mano estrujandola delicadamente mientras ajuntaba sus labios y acercando su rostro al de ella siseo "¡Si usted lo desea podemos jugar otras cosas!".

Yalens abrió sus enormes ojos como platos mientras apartó rápidamente la mano del hombre de su rostro y se levantó para ocultar el sentimiento que nacía en su interior.

Y caminando al bar de la oficina leyó rápidamente las etiquetas de las botellas y tomando una con bajo nive