Estoy caminando al campo de combate, puedo ver que es un área bastante grande rodeada de árboles, en el centro están todos los hechiceros y brujas, algunos ya en combate usando espadas y su magia, es increíble los movimientos que hacen y saltos, algunos se defienden con su magia y otros con espaldas o usando sus manos.
Llego al área que me indicaron y comienzo unos ejercicios de estiramiento, coloco mis pies y flexiono mi cuerpo, para que mis manos toquen mis los dedos de mis pies, mientras hago esto puedo ver que alguien está parado atrás de mí, — Se puede saber qué es lo que estás haciendo, en esa posición? — dijo una voz masculina.
Mire hacia atrás y vi que alguien estaba detrás de mí, me levante y gire mi cabeza para ver a un dios frente a mí, era mucho más alto que yo, su cabello negro un poco despeinado, sus ojos verdes que me miraban intensamente, estaba sin camisa y podía ver su pecho y esos pectorales impresionantes, no pude evitar el quedarme
Se escuchaba el ruido de dos cuerpos golpeándose uno con el otro, seguido por fuertes gemidos y una mujer gritando en éxtasis. —¡Si Bruno, así no te detengas!! Sigue, ya casi sigue! — gritaba Chantal, me encantaba escuchar gritar a las mujeres mientras las penetraba con fuerza como me gustaba. —¡Así me gusta, quiero escucharte gritar mi nombre! —le decía, mientras aceleraba mis movimientos, ya estaba por venirme, no aguantaba más. Hasta que en unos cuantos segundos, ella grito de placer diciendo mi nombre, —¡Bruno!, y yo grite liberándome dentro de ella, con fuerza, Sali de ella y me tire a su lado, sintiendo como trataba de estabilizar mi respiración. —Eso fue increíble, como todas las noches amor mío— dijo Chantal y al escucharla, gire mis ojos en desaprobación, para mi esto solo era sexo y se lo he dicho miles de veces, pero al parecer sigue sin entenderme y se crea falsas esperanzas. Me levanta y comencé a vestirme, ella me
PRESENTACION El jardín está listo para el ritual y pude ver a todos alrededor del quiosco, terminando los preparativos cuando vi a Silvana platicando con Hannia y me acerque a ellas, para escuchar su conversación. —Estoy segura de que si, a veces es estricto, pero tiene sus razones, no es uno de nuestros guías, pero quería que tuvieras a alguien experimentado y él está haciendo una excepción, porque yo se lo pedí. —Le dijo Silvana, mientras yo sonreía al escucharla. —Y, a mí no me quedo más que ceder a su petición— le conteste —No todos los días, la gran sacerdotisa, te pide ser el guía de alguien y menos de alguien como tú, no pude reusarme — le dije sonriéndole, mientras admiraba lo hermosa que se veía. —Y nos sabes cuánto te lo agradezco, Bruno, los dejo espero te diviertas Hannia. — dijo Silvana y se fue. Me quede con Hannia y la miraba fijamente, al parecer seguía nervi
UN AÑO DESPUES A pasado un año desde que llegue, aun por las noches sueño con él, trato de no pensar en esos días tan maravillosos que pasamos juntos, pero es imposible, aunque Bruno se ha encargado de ser de gran ayuda, nos hemos convertido en grandes amigos. Estamos en la carretera que pasa por el bosque rumbo al castillo, cierro mis ojos y puedo sentir el aire rozar mi rostro, esta sensación de paz y velocidad, la adrenalina en mis venas me encanta. Bruno tiene una motocicleta Harley Davidson Fat Boy, es hermosa y me encanta pasear en ella. Los fines de semana vamos al bosque y viajamos en ella por la carretera, incluso me está enseñando a manejarla, él no me trata como una flor delicada, me deja ser yo misma y no me limita, soy rebelde y él es igual, creo que por eso nos hemos vuelto mejores amigos. Le he contado sobre Maximo y ha sido muy comprensivo, ayudándome para o
Después de verme en el espejo, ya no pude volver a dormir, me aliste y salí de mi recamara rumbo al comedor a desayunar, hoy no habría entrenamiento físico gracias a la diosa, no podría soportar la mirada de Bruno al verme de esta manera. Pero aun tenía que evadir a Kat, lo que sería aún más difícil, — me voy a calmar, no pasara nada, ella no hará un escándalo por esto— me dije y respire, tome el tenedor y comencé a meter alimento en mi boca, cuando escuche lo que tanto me temía. —Por la diosa, ¡Hannia! Qué demonios tienes en el cuello, parece que te ataco un vampiro o acaso esos son…? — dijo ella, llevándose la mano y tapando su boca en señal de sorpresa. Me levante y coloco mi mano en su boca, susurrando el al oído, — cállate por favor, no hagas un escándalo, prometo contártelo todo pero cállate. — por favor, Kat se sentó a mi lado y me miro confundida, — comienza quiero el relato completo, ¡Diablos! ¿Tuviste sexo con Bruno? — me dijo
Han pasado seis meses desde que Hannia se fue y hoy mi padre me ha cedido el puesto de Alfa de nuestra manada, es un gran reto pero siempre me esforcé por estar preparado para cuando este momento llegara. Mi primer reto fue acudir al auxilio de una de nuestra manadas vecinas, fueron atacados por un grupo bastante grande de exiliados. En conjunto con mis guerreros y con Beta Iván de Red Winter Clan, acudimos en su apoyo, sin embargo sucedió una terrible tragedia que nadie pudo prevenir, cuando la batalla había terminado un exiliado salió de la nada y ataco por la espalda a Beta Iván, destrozándole el cuello y ocasionando su muerte. Cuándo regresamos tuve que informarle a Hansen y Alania, lo sucedido ambos estaban devastados por la pérdida de un gran lobo, mi Beta Connor y mi Gama Travis, quien es uno de mis mejores amigos, entrego el cuerpo para que pudiera ser sepultado. Hansen decidió que no era el momento de avisarle a Hannia, ella estaba muy
Mis labios comenzaron a bajar por su cuello, mi boca succionaba su piel con fuerza, no podía resistirme el morderla, ocasionándole unos moretones por mis besos, quería marcarla de alguna manera, podía oler que estaba excitada su elixir era bastante intoxicante y eso me ponía más duro. Pero no podía detenerme, seguí besándola y recorriendo su cuerpo hasta que llegue a uno de sus pechos, cuantas veces había soñado con tocarla de esta manera, mi lengua encontró uno de sus pezones y lo succione con fuerza. Y mi hermosa Hannia no dejaba de gemir, era un mar de gemidos, ese sonido exquisito que era muisca para mis oídos, su cuerpo estaba reaccionando y se movía ca mi ritmo; yo gemía de éxtasis al saborear su cuerpo, me tome mi tiempo dándole a cada uno de sus pechos la atención que se merecían. Seguí mi recorrido por su cuerpo con mi lengua, lamiendo cada parte de su piel hasta que llegue a su vientre y pude ver de cerca, mi mayor teso
Sali de la packhouse directo al área de entrenamiento, — Buenos días a todos, se ven muy bien, sigan el trabajo arduo que están haciendo— dije entusiasmado, hoy me sentía mejor que nunca. —Quien eres tú y que has hecho con nuestro alfa—dijo Beta Connor. —A que te refieres, que no puedo estar de buen humor— dije sonriéndoles. —Estas sonriendo, ahora sí creo que no eres mi alfa—dijo Gama Travis. Me acerque a ellos y coloque mis brazos alrededor de sus hombros y dije— hoy es un día perfecto, simplemente perfecto— dije y continúe caminando alrededor del área. —Connor creo que hemos perdido, definitivamente — dijo Travis. —Hablare con él, sigue con el entrenamiento, temo que en cualquier momento colapse y se vuelva loco, será mejor que hable con el— dijo Connor. Después de ver que todo estaba bien en el entrenamiento, me dirigí a mi oficina hoy no quería ejercitar sino recordar en mi mente una y otra ve
Ayer después de lo que sucedió entre Maximo y yo, recibí una llamada y me sorprendió mucho saber que era el, la verdad no me lo esperaba, pero como era de esperarse, el idiota pensó que podía exigirme, a mí y eso me puso furiosa. Le reclame lo de Alexia y el muy imbécil, no lo negó incluso me dijo que ella está viviendo en la packhouse, no puedo creer lo estúpida que fui, claro se consiguió un remplazo, dos años es demasiado tiempo sin tener sexo para el cavernícola ese. Y todavía se atrevió a cuestionar mi entrenamiento, solo porque Bruno es mi guía y obviamente paso mucho tiempo con él, pero solo somos amigos, Bruno no me ve como mujer, jamás dudaría de su amistad, siempre esta cuando lo necesito y es muy atento conmigo. Pero como explicarle eso a un alfa que no ve más allá de su cerebro. —Hannia, sigues enojada por lo de ayer— me dijo Kat, que entro a mi recamara sin darme cuenta. —No, no estoy