“Tengo un hermano mayor que es más grande y más fuerte que tú”, ella refunfuña, mientras cambia de táctica y coloca su pie en mi espalda, empujándome de la cama. Caigo al suelo con un golpe seco. Gimo y la miro cuando ella se inclina sobre la cama, sonriéndome con pura alegría. “Buenas noches”.Le sonrío, levanto el brazo, le agarro la muñeca y la empujo de la cama. Ella grita y cae encima de mí, nuestras cabezas chocan al hacerlo. Juro que no he conocido a una chica tan propensa a los accidentes como ella. Sorprendentemente, ella ha llegado viva a los veinte años. Me froto el golpe en la cabeza y la miro frotándose la suya con un puchero. “Ves, te dije que te lastimarías”.Shayla presiona su frente contra mi pecho y gime. “Tú ganas, imbécil”, ella murmura, y yo sonrío, acariciando suavemente la parte posterior de su cabeza.“Siempre gano, cariño”, declaró con naturalidad y siseo cuando ella me pellizca la piel del brazo. “Ahh, mierda”, me froto el brazo mientras ella rueda sobre mí
“Shayla?”. Miro fijamente a la puerta principal de la casa en la que crecí, con el corazón latiendo en mi garganta. “Shayla”. Parpadeo y miro a Cole, quien está a mi lado, observándome con el ceño fruncido. “Todo va a salir bien”, él me asegura, y yo respiro profundamente para calmar mis nervios. Él me da vuelta para que lo mire, y me pasa las manos por los brazos en forma de apoyo. “Estaré junto a ti si me necesitas, ¿de acuerdo?”. Asiento con la cabeza y me volteo para mirar hacia la puerta. Introduzco la llave en la cerradura y vacilo hasta que siento los dedos de Cole entrelazados con los míos y sus suaves labios en mi sien. Levanto la vista y él asiente con ánimo. Abro la puerta y entro en la casa de mi infancia con Cole detrás de mí. No hay ruido, pero escucho el débil sonido de la televisión procedente de la sala.Cierro la puerta y atravieso el pasillo hacia la sala. “¿Mamá? ¿Sam?”, los llamo, cuando veo que la sala está vacía, pero la televisión está encendida.“Vaya, vaya,
“Estoy bien, cariño”.“Cole, estás sangrando”. Le inclino la cabeza hacia arriba y miro de cerca su labio roto.“Estoy bien”, él me asegura con una sonrisa. Me pongo de pie y miro a Sam.“¡¿Te has vuelto completamente loco?!”, lo regaño, y él mira a Cole para luego volver a mirarme a mí.“No, ¡pero él sí! ¡Me importa una mierda lo rico que seas! ¿Crees que puedes venir y faltarme el respeto en mi propia casa?”.“¡Él es mi esposo, Sam!”, grito, y él se acerca a mí.“¡Y yo soy tu maldito hermano! ¡Soy tu sangre!”, él me grita, agarrando mi brazo.“¡No me importa!”, quito mi brazo de su agarre. “No tenías ningún derecho a pegarle. Estás enojado conmigo, lo entiendo, pero no lo toques a él, maldita sea. ¡¿Qué diablos te pasa?!”.“¡Basta! Ustedes dos”. Sam y yo dejamos de gritarnos cuando oímos la voz de mi madre detrás de nosotros. Me doy la vuelta y la miro de pie en la puerta de la cocina, mirándonos a los dos de forma fulminante, como solía hacer cuando éramos pequeños y nos met
“Oye, mírame”. Él me levanta la barbilla para que pueda mirarlo. “Lo harán. Haré todo lo que esté en mi poder para que eso ocurra. Organizaré la boda más grande que haya visto este maldito mundo si es necesario”, me dice, atrayéndome hacia él. “Pondré toda mi fortuna a sus pies si es necesario. Me mató verte caer de rodillas a los pies de tu madre de esa manera”, él dice, presionando su frente contra la mía.Lloriqueo: “No puedo perder a mi familia; son todo lo que tengo”. Cole pasa sus dedos por mi cabello y se aparta para mirarme.“No los perderás, créeme”, él susurra, mirándome a los ojos.Asiento con la cabeza: “Te creo”. Miro su labio y me doy cuenta de que sigue sangrando, me acerco y le paso el pulgar suavemente, y él cierra los ojos. “Tu labio está hinchado”.“Viviré”, él dice y sonríe un poco. “¿Tal vez puedas besarlo después?”, él sugiere, moviendo las cejas provocativamente hacia mí. Este tipo es otra cosa.Decido provocarlo un poco. Miro sus labios y vuelvo a mirar sus
“Shayla. ¿Quieres venir aquí, por favor?”, le pregunto por enésima vez y veo como ella sacude obstinadamente la cabeza, con los brazos cruzados sobre el pecho. “No hay nada que temer, te lo prometo”, asegurándole, pero ella sigue sacudiendo la cabeza y mirando con desconfianza a Casper, mi caballo blanco.“No. No puedo, tengo miedo”, ella murmura, encogiéndose de hombros.“Cariño, es solo para una sesión de fotos. Estaré justo al lado tuyo”, le aseguro, caminando hacia ella. Ella levanta su mirada para encontrarse con la mía y frunce el ceño. “La gente está mirando, vamos”, agrego en voz baja, y ella responde con los ojos en blanco.“Después de todo, ¿por qué tenemos que hacer esta sesión de fotos?”, ella resopla, pasándose los dedos por el cabello perfectamente peinado.“Porque la gente es curiosa y quieren saber con quién me casé. Si no mostramos algo, seguirán indagando y persiguiéndonos. ¿Es eso lo que quieres? ¿Ser acosada por paparazzi todo el maldito tiempo?”. Shayla me mira
Me rio tocando sus costados con mis dedos, y ella salta riendo. “Deja de corromper a mi caballo, pequeña descarada”.Ella me sonríe juguetonamente, apartando mis manos cuando intento hacerle cosquillas. “Él ahora es mi caballo”.‘Tu caballo está aquí, nena’. Quería susurrarle eso al oído. En lugar de eso, entierro mi nariz en su cabello y respiro su aroma. “Tranquila, chica. Todavía tienes mucho que aprender antes de poder montarlo sola”. Ella hace un puchero y sigue acariciándolo. “Será mejor que volvamos a la sesión. Les prometí que volveríamos en quince minutos”, le explico, y ella asiente, decepcionada. “Agárrate fuerte”. Ella agarra las riendas y se apoya sobre mí. Silbo y Casper vuelve a arrancar, galopando por el sendero hasta donde estaban los fotógrafos.“Juuu”, digo, tirando de las riendas, y Casper cede el paso cuando llegamos al set de la sesión. Miro a Veronica, la editora en jefe de la revista. “¿Terminamos con el caballo?”, pregunto, y ella sacude la cabeza, antes de
"¡¿Qué?! ¿El Amo Hoult no sabe cocinar y quiere que yo le enseñe?”, ella arrastra las palabras burlonamente. "De ninguna manera". Ella coloca su mano sobre su corazón y se abanica dramáticamente. "Oh, tranquilo mi corazón".Me rio de buena gana, me acerco y aprieto su rostro hasta que sus labios se fruncen. "Vas a ser mi muerte", bromeo, ella aparta mi mano con un golpe y me sonríe de vuelta."El clima es increíble, ¿cómo se baja la capota?", ella dice, buscando el botón para bajar la capota del coche."Es el botón azul. ¿No estás preocupada de que tu cabello se arruine?", le pregunto, y ella se ríe, sacudiendo su cabeza."¡No! ¿Estás bromeando? Qué mejor sensación que tener el viento en el cabello en una calurosa tarde de verano"."Aire acondicionado", yo digo secamente, mientras ella presiona el botón, y la capota de mi Maserati convertible se abre."¡Relájate y vive un poco, Hoult!". Observo a Shayla mientras ella levanta sus brazos, con los ojos cerrados y la sonrisa más mara
Un beso.Solo un beso. Eso es todo. No es gran cosa, lo has besado antes. Solo respira, Shayla.Miro a Cole a los ojos mientras él inclina mi cabeza hacia arriba suavemente; él pasa sus dedos por mi cabello y se acerca. Instintivamente, me lamo los labios mientras él se acerca. Sus labios se ciernen sobre los míos por menos de un segundo, pero en ese momento, se sentía como una eternidad hasta que sus labios rozaron los míos. Mis ojos se cierran , y lucho contra el impulso de gemir mientras él presiona sus labios contra los míos con la más débil presión, antes de que su lengua se arrastre a lo largo de mi labio inferior, solicitando acceso sin palabras; el cual le concedo al separar mis labios. Los dedos de Cole se enredan en mi cabello, acercando mi boca contra la suya un poco más firmemente, profundizando el beso; su lengua buscando expertamente la mía. Cuando rozo mi lengua sobre la suya, él gime, un gemido profundo y gutural que zumba a través de mí y me chupa la lengua suavement