Un par de horas más tarde, Cole me acostó en la cama y estaba tratando de forzarme a comer una sopa de fideos vegetales que tenían mal aspecto. "No la quiero", dije con una mueca, y giro la cara.

"Shayla, mi madre dice que es bueno para ti y para el bebé. Tienes que beber un poco, vamos", Cole insiste, y yo arrugo la nariz con desagrado, pero abro la boca y me como la sopa a regañadientes. No sabía tan mal como olía, pero seguía sin impresionarme.

Cole se quedó a mi lado todo el tiempo hasta que me sentí mejor. Vimos películas en la cama e incluso me leyó un libro y me tocó una canción con su guitarra. Salvo por nuestras discusiones, casi nos sentíamos como nosotros de nuevo... las personas que éramos cuando nos conocimos, y todo era mucho menos complicado.

"¿Puedo llevarte a casa?", Cole se ofrece al día siguiente mientras salgo del baño. Sacudo la cabeza y levanto el teléfono.

"Aimee está de camino", respondo encogiéndome de hombros y forzando una sonrisa en mi rostro. "Gracias d