A través de la ventana del coche, Madeline vio la cara con la que había estado soñando.

Se apresuró a bajar la ventana y miró fijamente al hombre sentado en el asiento del pasajero del coche de al lado.

A través de la cortina de lluvia, la silueta del perfil elegante y resuelto del hombre llegó a sus ojos.

Madeline se quedó mirando incrédulamente mientras los latidos de su corazón se aceleraban poco a poco. "Jeremy...", gritó suavemente, y el hombre del coche giró la cara hacia ella.

Sin embargo, el semáforo se había puesto verde en ese momento y el coche pasó por delante de ella con un ruido rápido.

Al parecer, lo que ocurrió en ese instante fue una mera ilusión.

Madeline estaba confundida hasta que un bocinazo llegó desde atrás, obligándola a moverse. Sólo entonces pisó el acelerador, pero el coche de hace un momento ya no estaba en ninguna parte. Tampoco recordaba la placa del coche.

Madeline buscó de inmediato el incidente a través de sus contactos, pero no encontró nada.