Esta carita elegante y delicada se había vuelto aún más tierna y exquisita.

Su bonita nariz pequeña y su diminuta boca rosa, tenían las sombras de los rasgos de Jeremy.

Lillian era todo sonrisas, parpadeando mientras caminaba hacia Felipe. "¡Papá!".

Felipe extendió la mano y acarició la pequeña cabeza de Lillian. "Buena niña".

Madeline frunció el ceño un poco, queriendo llevarse a Lillian y decirle que él no era su padre.

Sin embargo, tenía miedo de asustar a Lillian.

Después de todo, Lillian solo tenía cuatro años.

A diferencia de su hermano, ella había crecido en un ambiente protegido desde que era niña, como una pequeña princesa inocente e inconsciente. A esta edad, ella no era capaz de entender el mundo de los adultos.

Madeline realmente quería llevarse a Lillian, pero las medidas de seguridad allí eran demasiado estrictas.

Felipe llevaba a Madeline a ver a Lillian todos los días y, a veces, aceptaba a regañadientes que Madeline se quedara. Sin embargo, siempre había algui