Ella contuvo la respiración y sintió que la humedad se filtraba a través de sus pantalones.

Ella levantó la cabeza para mirar la espalda fría de Felipe. Luego, ella sostuvo su ropa y soportó el dolor, antes de salir lentamente.

Ella ni siquiera tenía derecho a llamarlo por su nombre, así que, ¿cómo se atrevería a pensar que él le tendría tan siquiera una pizca de lástima, en este momento?

Después de que Cathy salió de la habitación, mientras soportaba el dolor, ella se sostuvo de la pared y regresó a su habitación.

La Sra. Sawyer, la ama de llaves, acababa de terminar de limpiar la habitación y estaba a punto de salir. Cuando ella vio a Cathy acercándose con el rostro pálido, ella se sorprendió.

"Señorita, ¿está…?".

"No se lo digas a Felipe", le dijo Cathy, con todas sus fuerzas. "Por favor, Sra. Sawyer, ayúdeme a regresar a mi habitación".

La Sra. Sawyer no se atrevió a preguntar mucho sobre los asuntos de sus empleadores, por lo que ella rápidamente ayudó a Cathy a regresar a