Madeline tomó el objeto que estaba en la palma de Jeremy.

Sus ojos parpadearon cuando los recuerdos repentinamente la arrastraron de regreso a ese verano, hace mucho, mucho tiempo...

A la edad de diez años, ella conoció a Jeremy de doce años.

En ese momento, ella le había dado esa colorida concha y dijo que ella esperaba que él siempre fuera feliz.

Los ojos de Jeremy estaban llenos de precaución en ese entonces, pero aún así le mostró a Madeline una extraña sonrisa, al final.

Madeline, de diez años, era ignorante e ingenua. Más tarde se dio cuenta de que, en el momento en que Jeremy la miró, el latido de su corazón significaba un amor a primera vista que duraría mil años.

Más tarde, Jeremy le hizo un separador con hojas y se lo dio.

Ella lo había estado atesorando, cuidadosamente, guardándolo en su diario y, a veces, le echaba un vistazo.

Aunque, una vez, cuando ella quiso leer el contenido de su anterior diario, ella se dio cuenta de que faltaba el último diario y su separador