"¡Eveline, eres igual de odiosa que esta p*rra!".

Madeline sonrió tranquilamente al ver la expresión despiadada de Naya.

"¿De verdad? ¿Soy odiosa? No creo que haya tenido mucho contacto con usted, Señorita Méndez. ¿Por qué me odia tanto?".

"¿Cómo te atreves a preguntarme eso?". Naya se acercó a Madeline. La ira en su pecho se desbordó. "¡Te atreviste a tenderme una trampa y casi me mandas a la cárcel!".

"¿Así? ¿Cuándo hice eso?". Madeline preguntó inocentemente. "Naya, ¿cometiste un error?".

"¡No estoy equivocada!". Naya apretó los dientes. "Aquella vez, tú y tu esposo Jeremy montaron un buen espectáculo en el estacionamiento abajo del apartamento de esta p*rra para atraparme. Afortunadamente, fui lo suficientemente inteligente como para escapar. ¿Acaso lo olvidaste?".

Después de escuchar el rugido furioso de Naya, Madeline siguió sonriendo tranquilamente.

"No lo he olvidado, pero parece que estás equivocada. No fuiste tú quien escapó del desastre, fue Ava. Si Dan no hubiera con