Durante las próximas horas, Naya se quedó en la puerta de la unidad de cuidados intensivos y no se marchó en ningún momento. Luego de otra hora, la madre de Daniel finalmente se fue.

En cuanto lo hizo, Naya sacó su teléfono móvil y llamó a Chloe, pero tras varias llamadas, Chloe seguía sin contestar.

Naya ya no podía quedarse tranquila. Mientras se disponía a volver a llamar, Chloe tomó la iniciativa de devolverle la llamada.

Respondió la llamada sin vacilar y le preguntó: “¿Por qué no has contestado mis llamadas ni has respondido a mis mensajes? ¿Dónde has estado? ¿Sabes qué ha ocurrido algo malo?”.

Chloe, quien estaba al otro lado, fue regañada e interrogada de inmediato por Naya. Tardó unos segundos en contestar, pues estaba aturdida.

“¿Qué? ¿Quién habla? ¿Naya? Estaba afuera jugando y mi teléfono se quedó sin batería. ¿Por qué me buscas con tanta urgencia?”.

“¿Has estado bebiendo de más? ¿Dónde demonios estás? ¿No sabes que ha ocurrido algo malo?”.

“¿Qué pasó? Hablemos cuand