Madeline y Jeremy siguieron a Fabian hasta la puerta de la habitación de Lillian. Antes de que entraran, la pareja escuchó la voz suave y persuasiva de Fabian que salía de la habitación.

“¿Qué pasa, Lily? ¿No puedes dormir?”.

Preguntó Fabian con mucha delicadeza, y Madeline y Jeremy vieron que su pequeña princesa asentía ligeramente.

Fabian fue muy paciente, y tomó un libro de cuentos de la estantería de al lado. “Bien entonces, Lily, sé una buena chica y cierra los ojos. Te contaré un cuento”.

A Lillian le gustó la sugerencia de Fabian.

La pequeña asintió obedientemente con la cabeza y cerró los ojos.

Luego, Fabian se sentó a un lado de la cama, leyó suavemente y con paciencia el libro de cuentos...

Mientras observaban esta escena, Madeline y Jeremy sintieron calidez en sus corazones.

No siguieron mirando, y los dos regresaron a la habitación de invitados.

Al volver a la habitación, Madeline se acostó en la cama sintiéndose cansada. Había estado agotada durante los últimos dí