Madeline sacó su celular y, efectivamente, vio el nombre de Fabián en la pantalla.

Él había desbloqueado el número de ella solo para hacer esta llamada.

El dedo de Madeline temblaba. Ella contestó la llamada de inmediato.

“Fabián, ¿a dónde llevaste a Lily? ¡Tráela de vuelta ahora mismo!". El tono de Madeline era frenético y estaba claro lo preocupada que estaba en ese momento.

Por supuesto, Fabián ya se había anticipado al estado de ánimo de Madeline. Sin embargo, su tono era extraordinariamente tranquilo.

"Señora Whitman, sé que estás preocupada por tu preciosa hija. Te llamo solo para decirte que está a salvo. No necesitas preocuparte. Nada le pasará a ella".

El tono de Fabián sonaba anormalmente distante; su promesa y garantía sólo ponían ansiosa a Madeline.

“Fabián, no necesito que me digas que está a salvo. Solo quiero ver a mi hija con mis propios ojos. Mi hija realmente estará bien cuando esté conmigo".

En el otro extremo de la línea, Fabián permaneció en silencio durant