Cathy retrocedió dos pasos por cautela. Se preguntó si estos eran los matones que le habían causado problemas a Felipe en aquel entonces, pero no se parecían a esos matones.

"¿Quiénes son ustedes?".

Ella volvió a preguntar y sacó su teléfono a escondidas para llamar a su contacto de emergencia.

"Señorita Jordan, no se asuste. No queremos hacerle daño. Nuestro jefe solo quiere tomar un café con usted".

"¿Quién es su jefe?", preguntó Cathy y pulsó el número de su contacto de emergencia.

"Sabrás quién es cuando vayas. Espero que puedas cooperar con nosotros. No nos obligue a llevarla al coche a la fuerza", dijo de forma profunda uno de los hombres que parecía algo refinado.

Cathy detuvo su dedo que estaba presionando el botón. Antes de que pudiera decir algo más, los guardaespaldas caminaron hacia ella.

"Señorita Jordan, por favor".

Cathy no mostró ningún temor ni debilidad al ver la mirada imperativa de los hombres.

"¿Quién es su jefe? ¿Por qué debería ir con ustedes sin saber n