"¡Jeremy, eres tú otra vez! ¿Qué más quieres?". Madeline seguía resistiéndose con todas sus fuerzas.

Jeremy presionó el hombro de Madeline. Sus ojos profundos y estrechos estaban mirando directamente a los hermosos ojos pero llenos de repulsión de ella.

"Linnie, por favor, créeme. Nunca te haré daño".

"¿No lo harás?", preguntó Madeline y se rio fríamente. "Parece que has olvidado cómo me trataste en aquel entonces, ¡pero yo nunca lo olvidaré!". Después de que Madeline dijera eso, Jeremy sintió como si su corazón hubiera sido partido con un cuchillo afilado.

Lo que aterrorizó a Jeremy fue que cuando Madeline estaba diciendo esto, sus ojos estaban llenos de un intenso odio.

El nivel de odio era como si hubiese sido ayer cuando la hirió y la hizo sangrar y llorar.

Esto no era normal para nada.

Jeremy estaba aún más seguro de que Madeline estaba hipnotizada.

De lo contrario, si fuera la Madeline de siempre, nunca diría algo así. Ella nunca lo trataría con esa actitud.

"Linnie, sé