"¿Dónde estoy?". Madeline separó sus labios y le preguntó al hombre que estaba de espaldas a ella.

El hombre redujo la marcha y giró ligeramente su rostro. Su resuelta y perfecta mandíbula parecía aún más excepcional bajo la luz.

"No es importante dónde estés. Si todavía quieres volver a casa, deja de llorar". Su voz también era tan fría como su aura.

Madeline sujetó el pañuelo con fuerza. "¿Fuiste tú quien me salvó?".

"Solo pasaba por el lugar". Su respuesta fue directa.

Madeline se acordó de que había visto otro yate que se dirigía hacia ella antes de que el yate en el que estaba Ryan explotara.

Tal vez este hombre estaba en ese yate y, casualmente, fue testigo de la explosión del yate y la salvó.

"Gracias". Madeline miró la espalda del hombre y le dio las gracias. Al mismo tiempo, se acordó de Ryan, quien seguía en el yate que explotó. "¿También salvaste a mi amigo?".

"¿Amigo?". El hombre parecía desconcertado. Entonces, se dio la vuelta. "¿Te refieres al hombre que te perse