Madeline acababa de llegar a la puerta de la habitación cuando las luces del interior se apagaron de repente.

Por un momento, sintió que una sombra negra pasaba por delante de sus ojos, pero solo fue un instante.

Madeline reaccionó al instante y encendió las luces, pero después de encenderlas, no había nadie en la habitación, solo el álbum de fotos de boda abierto que estaba sobre la cama.

Madeline entró y pudo oler débilmente una fragancia ligera y fría a través de su nariz. De repente comprendió algo.

Al verse a sí misma sonriendo de forma tan taciturna en la foto de la boda y los rasgos fríos y sin ánimo del hombre, Madeline tomó con cuidado el álbum de fotos antes de romper con fuerza la foto de la boda por la mitad.

Jeremy, que estaba de pie detrás de la cortina del balcón, vio esta escena. Fue como si su corazón fuera penetrado por una hoja afilada.

Vio cómo Madeline dejaba el joyero que sostenía con delicadeza antes de marcharse sin siquiera inmutarse por regresar.

Despué