“¿Qué? No, no puedes hacer eso. Él está herido, al menos debería recibir atención médica”. Era natural que V quisiera ayudarlo, su vínculo la atraía hacia sus necesidades, sin embargo, mi confianza en el hombre se había ido tan pronto como volvió a entrar en la casa de la manada.

“Su lealtad es cuestionable actualmente y no toleraré que deambule por la casa cuando podría estar filtrando posible información al Rey Josh y su ejército”. A V no le gustó mi respuesta, sacudió la cabeza y se puso frente a su pareja de manera protectora, pero no era que realmente pudiera hacer algo importante.

“Pero… está herido”.

“Una herida superficial como mucho, si no puede lidiar con eso, entonces no debió haberse encontrado en tal posición de poder. Agárrenlo, me ocuparé de él más tarde”. Le di la espalda al traidor y a su pareja, y escuché algunos gruñidos leves que salían de su boca mientras lo agarraban y lo escoltaban hasta la mazmorra de la manada.

Subí apresuradamente las escaleras hasta la ha