"¡Estás llena de sorpresas!". Habló el beta mientras mis ojos miraban a mi alrededor, sin pensarlo levanté torpemente la silla del director ya que era más pesada de lo que imaginaba y se la lancé con toda la fuerza de la que fui capaz derribándolo junto a su amigo que agonizaba. Solo faltaba el alfa.

Corrí directamente hacia su cuerpo y lo empujé al suelo, sus garras estaban fuera, así que cuando fue a agarrar mi camisa, atravesaron la tela y se clavaron en la piel de mi espalda, provocando que un pequeño llanto saliera de mí mientras corría a través de la escuela, aceleré cuando escuché que el rey me gritaba que volviera. Todo el mundo en la escuela había salido una vez más para ver como me escapaba de nuevo.

Agarré el pomo de la puerta principal de la escuela y la abrí de un tirón, haciendo que los guardias abrieran los ojos de par en par. Rápidamente y sin esfuerzo, salté por encima de la barandilla y escapé hacia mi casa. Dejando a los licántropos completamente perplejos. Admit