Los días siguientes desayunaba y comía sola en el hermoso jardín, porque mi hombre y los chicos estaban ocupados con mucho trabajo y Damian había ido al reino de los vampiros para atender un asunto urgente y poner a sus hombres de confianza en alerta.

— Es una pena ver a una chica tan hermosa como usted, desayunando y comiendo sola todos los días.

Dice Ronaldo sentándose a mi lado mientras deja ver un poco sus colmillos.

—Si es muy triste estar sola todos los días… Creo que estoy empezando a pensar que me dejan así a propósito.

Hablo suspirando algo desanimada.

—No se desanime… es muy hermosa para tener esa expresión en el rostro... No vale la pena que se sienta triste por él.

Dice dándome sus sabios consejos, mientras coloca una de sus frías manos sobre la mía.

Le sonrío algo tímida y bajo la cabeza.

Ronaldo quita su mano de la mía y mira a otro lado avergonzado.

– Lo siento... Me dejé llevar...

– No se preocupe, es muy amable joven Ronaldo.

Ronaldo sonríe y se coloca de pies.

¿– Que