Estaba revisando las actualizaciones y miré que no me aprobaron estos capítulos. Así que se los dejo para que los lean o si no pues pueden pasarlos por alto. Esto ocurrió antes de que Elizabeth fuera a casa de William es el capítulo 19 y 20, Subiré mi novela en la aplicación de W a t t p a d donde Subiré los capítulos sin censura.. Ya que tengo que eliminar muchas escenas de los capítulos para que sean aprobados... Me despierto temprano y me doy un baño. A pesar de querer darme prisa para alistarme, no lo hago. No sé por qué razón no puedo hacerlo. Me alisto lo más lento posible para el colegio de niños ricos. Aunque la verdad estoy muy, pero muy nerviosa, y la razón es muy, pero muy sencilla. -Hoy no, ayer Will y yo tuvimos relaciones, ¿qué voy a hacer? Él dijo que hoy lo veré en el instituto. -Tranquila, él tiene su reputación de no acostarse con la misma dos veces. Eso significa que ya no me tomará en cuenta. Relájate, Ell. Irónicamente, me regaño yo misma una y otra vez mientras
Me quedé un rato en el salón tratando de meditar mi siguiente paso a dar, si ir con él o quedarme donde estoy. -¿Eli, almorzamos juntos? - me pregunta Héctor, sacándome de la burbuja que se ha convertido en mis pensamientos últimamente por William, así que movida por eso he tomado una decisión. "Rayo, tengo que ir al almacén, me espera Wil." "No tengo hambre, Héctor, podrías invitar a Hilda y a Sara", le digo, tratando de que se aleje de mí para no quedar muy evidente de a dónde planeo ir. "Ya vete, Héctor, por favor, tengo que ir a ver a William." "Ok, está bien, te veo al rato", dijo él agachando la cabeza y se va acercando a Hilda, quien le sonríe. "Si en un momento los alcanzo", les digo con mi mano en lo alto, y me siento según revisando un libro. Los tres salen del salón.Espero que no esté nadie a la vista y salgo del salón como un rayo.Abro la puerta del almacén y siento como alguien me jala y cierra la puerta. "¿Por qué tardaste tanto?" - me dice 😊William. Le digo
Su teléfono comenzó a sonar, pero no me respondió, así que decidí regresar a mi casa. Por mis berrinches, me enfermaré. Estoy toda mojada. La lluvia no ayuda en nada. Lo único que me gusta realmente es que camuflajea mis lágrimas. Cuando estaba por dar media vuelta y enfrentar de nuevo a mis padres, Will me devolvió la llamada. -¿Sí, qué quieres? ¿Necesitas algo? -se oía molesto. -¿Estás ocupado? -le pregunté nerviosa al teléfono, sollozando aunque no quiero que se dé cuenta de que estoy llorando. -¿Qué te pasa? ¿Estás llorando? -relajó su voz un poco. ¿Tanto se me nota que estoy en un mar de lágrimas? Rayos, ¿cómo pudo saber? Trato de aclarar mi voz. Lo último que quiero es ser una molestia para él, ya que no quiero su lástima. -No, para nada. ¿Está Marta? -le pregunté tratando de cambiar un poco el tema. Lo escuché suspirar del otro lado. -No salió con su novio -dijo bajo. -Okay, podrías decirle que vine -trataba de alejarme de su casa. -¿Estás aquí? -escuché que algo cayó d
Me gusta leer, en especial novelas románticas y de finales maravillosos. También me gusta caminar en la playa, sentir la arena entre mis dedos es maravilloso. Cerré los ojos y suspiré. Soy muy romántica, aunque a veces me hago la que las cosas románticas no le interesan para nada. -¿Te gusta el romanticismo? -dejó de hacer lo que hacía y estábamos los dos cara a cara, hablándonos mutuamente. -¿A ti no? -le pregunté y él desvió la mirada con una sutil sonrisa de lado. -No soy romántico, y no creo en el amor -dijo él sin verme a los ojos. -¿Por qué, te lastimaron? -no debo preguntar cosas privadas, pero soy muy entrometida. -¿Alguna vez has tenido algún sueño que se pueda hacer realidad? -me preguntó él. Si supiera que él es mi sueño. -¿A qué viene esa pregunta, William? -no quería ser tan franca y decirle que sí, que sueño contigo y las mil formas en las que lo hacemos. -Hace poco soñé que te conocí, y hoy estás aquí sentada en mi escritorio -¿Will sueña conmigo? -¿Qué soñaste,
No sé cuánto tiempo he dormido, pero la voz de Martha me saca de los brazos de Morfeo. - Ella despierta- me mueve Marta. - ¿Qué sucede? - dije mientras me tallaba mis hermosos ojitos. - ¿Se puede saber qué haces aquí y en la cama de mi hermano? - La mirada de Martha era profunda, parecía molesta de que estuviera en la cama de Will. Creo que si yo tuviera un hermano y mirara a su novia en su cama, no me molestaría. Aunque ella no sabe que somos novios, y además traigo la ropa puesta de Will. - Déjala dormir - dice William. Yo volteo a verlo y él me sonríe. Qué sonrisa tan más linda la que se carga el condenado. - Vení a buscarte y William me recibió - le digo poniéndome en pie de la cama de Will, como si fuera un resorte. - Ah, ya veo, ¿por qué traes puesta la ropa de mi hermano? - me apunta a la ropa. Me siento como si un detective me interrogara. - ¡Ya deja de interrogar a mi novia Marta! - dice William. Al parecer, no le gustó que me estuviera interrogando, pero la palabra "mi
Al día siguiente, William pasó por mí muy temprano como habíamos quedado a las 8:00. Siempre llego tarde a clases, después de las 10... Creo que ser su novia me traerá cosas buenas. "Hija, te busca un muchacho", dice mi madre con tono sorpresivo. "¿Quién es, madre?" -dije con una sonrisa, aunque sé muy bien de quién se trata. "Dice llamarse William... que es tu novio. ¿Cuándo tuviste novio, Ell?". "Anoche, mamá. A partir de anoche, tu hija tiene novio. Va conmigo al instituto, así que no te preocupes. Es un chico y muy educado", le respondí con una sonrisa. Mamá me abrazó y me felicitó. Salgo de casa y me dirijo directamente donde está Willy y lo beso apasionadamente... "¡Tranquila, amor! ¡Tus padres nos están viendo!", dijo apuntando a la puerta de mi casa. "Te extrañé, Will", le dije con la mejor cara de felicidad sin parecer loca que pude darle. "Yo no, yo te vi en mis sueños", dijo él con una sonrisa tan pervertida que me sonrojé. "Seguro fueron buenos sueños", dije tímida
Ya tenemos 5 meses de novios, todos apostaban que sólo duraríamos una semana, pero les hemos demostrado que vamos más allá... Hemos tenido altas y bajas, pero ya puedo decir que lo amo. Los dos nos amamos de tal manera que es muy difícil estar lejos el uno del otro, casi siempre estamos juntos. Las miradas de envidia han bajado, con excepción de Sara, ella sigue haciéndonos la vida imposible y metiendo cizaña entre nosotros cada vez que puede, aunque más conmigo, ya que cada día me dice que ha visto a Will con mujeres, pero Will me ha demostrado muchas veces que soy la única.... Hacemos el amor cada vez que podemos sin importar el lugar. Amo a ese semental. -Hola Elizabeth, ¿qué haces? ¿Quieres ir con nosotros de antro en un rato? - me pregunta Héctor. La verdad es que no tengo ganas de salir, Will tiene tarea atrasada que entregar, así que no lo veré hoy. -Sí, claro, iré con ustedes Héctor - a pesar de no querer ir, acepté. -Muy bien, ¿te parece si paso por ti? - me pregunta é
Salgo corriendo de ese lugar sin siquiera mirar atrás. Me sentía tan triste, destruida. Solo quería que alguien me dijera que creía en mí, pero a ese alguien que quería no lo diría. Era más que obvio que me odiaba. Al contrario, se besaba con esa estúpida enfrente de todos los que una vez dijeron que él y yo no duraríamos. Esos que me dijeron que él me dejaría. Nunca en mi vida me había sentido tan humillada. Mientras corría sin parar para salir de ese lugar, escuchaba las burlas de todos. Corría tan rápido que no me percaté cuando mi cuerpo se impactó contra el suelo. Sentí un dolor muy fuerte en mis rodillas. Estaban sangrando. Me senté en el suelo con mis piernas dobladas y mi cabeza entre ambas rodillas. Ya no sabía qué dolía más, si mi corazón que estaba en el infierno o mis rodillas. -¿Estás bien? – fue lo que escuché cuando decidí alzar mi vista. Estaba parado justo frente a mí un muchacho de tez blanca. Llevaba pantalón deportivo, una mochila de ejercicio en su mano y una pla