—¿Liz eso es cierto lo que dices?, ¡te has acostado con el presidente Presley!—pregunto con incredulidad la chica castaña, y su mirada se giró automáticamente a la rubia.

—Bueno,bueno no es para tanto, pero les contaré un secreto,él tiene una cicatriz cerca de su corazón, ¡pero tampoco me atrevo a preguntar por qué!—hablo Liz,mirando como Madelyn tensaba cada parte de su cuerpo.

En ese instante sin darle tiempo a Madelyn responder, el elevador emitió un pitido y las puertas de este se abrieron, Liz camino a grandes zancadas para dirigirse al despacho de Dylan, cada paso que daba era tan firme, como si ya hubiera recorrido esto pasillos por años, como si todos aquí la conocieran y la respetaran.

—¿Porque Madelyn?,¿porque te enteras de esto a poco días de que te propusieran matrimonio?,de casarte sobre todo— se dijo así misma soltando un resoplido, llevándose la mano al pecho, sus pasos eran lentos y miraba la puerta del final demasiado lejos, o más bien no quería llegar.

Levantó su cabe