Capítulo29
En el estudio, María lo revolvió todo, pero no pudo encontrar el acuerdo de divorcio.

No se rindió y buscó de nuevo cuidadosamente, pero aún así no lo encontró.

¿Dónde podría haberlo guardado Nicolás?

Quizás por haber estado agachada tanto tiempo, empezó a sentir un dolor agudo en la parte baja de la espalda.

Mientras se masajeaba la zona dolorida, María fruncía el ceño pensativa.

En ese momento, su teléfono comenzó a sonar.

Al ver la palabra “esposo” en la pantalla, se sintió incómoda. María pensó que después de colgar cambiaría ese apodo que tenía para Nicolás.

En su corazón, él ya era menos que un extraño.

Nicolás dijo:

—María, no busques más, el acuerdo está en la caja fuerte de mi oficina —y luego colgó.

Escuchando el tono de ocupado, María apretó los puños.

Había perdido el tiempo toda la mañana.

Sin ningún apego, María cerró la puerta con un golpe, tomó las dos grandes bolsas con sus pertenencias y salió.

—¡Espera!

Al salir del complejo residencial, justo pasaba un camión de bas
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