***NARRA ALMA ROSA***

No podía faltar su recordatorio, que él tenía conmigo solo sexo, mientras que yo lo hacía porque de verdad lo quería, lo amaba. Yo le hacia el amor. Pero eso no me haría desistir en mi intento porque fuera mi marido con todas las reglas. Sé que lograría conquistar su corazón, que le arrancaría a Graciela de su sangre.

–Gracias Nathan, ¿Nos vamos?

Él no sabía que con solo una de sus palabras podía tener de mi lo que quisiera, porque nunca le habia rechazado una invitación. Es más, estaba siempre a la espera de que me llamara, me escribiera o me citara, estaba dispuesta para él. A la hora que quisiera y sé que estaba mal darlo todo a cambio de muy poco, pero me conformaba con eso.

–Claro, vámonos.

Nos subimos a su Bugatti y pronto nos perdimos por las calles de la ciudad hasta que llegamos a un lugar exclusivo que Nathan tenía para nuestros encuentros sexuales, dónde desde hacía unos años para ser exacta desde que la estúpida de Grace canceló la boda, nos veíam